Ubicada en la orilla sur del río Támesis, La Torre-Granja de Brandon Martella permite el cultivo de 1.5 millones de libras de productos frescos por año. Este innovador concepto sustentable ofrece una manera de combatir la urbanización y la disminución de las tierras agrícolas.
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Este rascacielos funciona muy parecido a un árbol – en función de la energía solar y el agua de la lluvia – y cuenta con espacios para la agricultura en vertical. Fue diseñado para satisfacer las necesidades energéticas y los alimentos desde el interior del mismo edificio.
Los productos frescos pueden ser cultivados sin tomar en cuenta los cambios estacionales o los desastres naturales (como la sequía) y las emisiones de CO2 son reducidas al evitar el uso de tractores y otros vehículos para su transporte.
Además, la torre “cosecha” el viento a través de turbinas dispuestas en el perímetro del edificio, lo que contribuye a la ventilación natural de toda la estructura. Sus pisos hidropónicos permiten reciclar el aire húmedo generado a través del efecto invernadero mediante la recolección de agua condensada en el interior de almohadas ETFE (plástico de gran resistencia al calor, a la corrosión y a los rayos UV); la gravedad traslada el agua a través de bastidores.
La torre aprovecha la luz ultravioleta para producir el crecimiento eficiente de los productos y tiene una capacidad de producción agrícola de 28.000 metros cúbicos, esto se traduce en el 20% de la demanda de alimentos de Londres. A pesar de esto, el edificio destina 100.000 m2 a espacio residencial; la idea es que los residentes reciban beneficios sociales como la educación y empleo, además de servicios como cafeterías y mercados. Esta propuesta fue concebida para el concurso AWR LOFT 2011.
Vía Inhabitat