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Arquitectos: Nadau Architecture
- Área: 1870 m²
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Fotografías:Philippe Caumes
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Chateau Barde-haute es un dominio de 17 hectareas ubicado en Saint-Emilion, Francia. El año 1999 fue registrado por la UNESCO como patrimonio mundial. Luego de una renovacion en el año 2005, se decide ir por un proyecto de mayor escala en el año 2008. En una isla de casas de piedra del siglo 19, se encuentran las oficinas y las otras dependencias aparecen a partir de los viñedos. En el norte de esta isla se suelta un volumen alto y delgado: el almacén de vinos.
La elección de una arquitectura contemporánea responde a la contradicción entre la tradición del lugar y los avances técnicos. Dos volúmenes emergen en el sitio existente, por un lado los talleres cuya configuración alargada permite estructurar los espacios del sitio y rediseñar los senderos. Por otro lado el hall de recepción que se introduce en el espacio entre los edificios de piedra. Ambos recintos se visten de acero oxidado, el aspecto otorgado por la metamorfosis según los climas. La elección de este material fue imperativa con una cierta evidencia: la fuerza del lugar requiere una arquitectura acertadamente minimalista. La presencia arquitectónica se pensó en términos de dinámicas.
Teniendo en cuenta la configuración de la construcción y el espacio entre la casa de la viña y el denso conjunto posterior, el proyecto viene a encajar parcialmente con el entorno de piedra. La fachada se alinea con la construcción existente y con su largo, como también en su ancho hacia la fachada oeste. Mediante la superposición del volumen en estas lineas pronunciadas, como cortadas por el acero corten desde las piedras, se quiso abrir la arquitectura.
Esta inesperada cercanía entre un edificio contemporáneo y una construcción tradicional crean una dinámica interesante. Una interacción que autoriza una nueva historia, la identidad de cada secuencia es creada por la inusual presencia de la temporalidad arquitectónica de la otra. Es una especial atención en la temporalidad inspirada en la alquimia, en lo que da forma al carácter del vino. Las lineas arquitectónicas del proyecto se inspiran en la simplicidad y dinámicas a las viñas. El acero oxidado crea una coherencia visual.
Los talleres consisten en 4 secuencias indicadas por el juego del techo. Hacia adentro, las tres primeras secuencias se comunican entre ellas. La ultima es una gran sala recubierta de madera. Una ancha ventana de vidrio se abre totalmente hacia el espacio en una terraza de madera y corta una panorámica del valle. Para mitigar el desnivel del suelo, se entierra a medias en su lado norte, así el edificio presenta un comportamiento térmico que se favorece ademas por la cubierta vegetal. Una turbina de viento en el norte permite suplir la energía de la iluminación exterior.
