Descripción enviada por el equipo del proyecto. En los últimos 15 años, el litoral del departamento de Lima, ha sufrido una explosión inmobiliaria y crecimiento vertiginoso. En este contexto es que se crean proyectos inmobiliarios, con rigurosos reglamentos de diseño, destinados a homogenizar y regular los proyectos arquitectónicos en proyección. A este contexto, se aúna la vista al litoral y un paisaje agreste y desértico, propio de la costa peruana.
Cuando nuestro cliente nos encomendó su casa de playa, no podíamos dejar de advertir su inmejorable ubicación, una ladera con vista total al litoral, unos atardeceres maravillosos, pero con una pendiente pronunciada.
Además, teníamos el requerimiento especial del cliente, que dado que el reglamento de la playa exigía como límite de construcción un corte escalonado, no quería que su casa se perdiera dentro del paraje resultante del reglamento. En este sentido, el desarrollo de la volumetría responde a la adaptación al terreno y se toma la decisión de separarse de los límites laterales vecinos, los que además no tenían como exigencia un retiro lateral.
Como propuesta se decide trabajar un gran paralelepípedo, en forma pura, que se logra ubicando el volumen principal hacia el fondo del cerro de modo tal de no salirnos del límite planteado por el reglamento. Trabajamos este volumen esculpiéndolo cuidadosamente, integrando interior-exterior, espacios privados-públicos. Llenos y vacios con vistas al litoral y relaciones espaciales en una doble altura, que permitía la integración visual de los espacios sociales. Estos dos niveles se desarrollan traslúcidos, contribuyendo a la relación con su entorno. Dispusimos la ubicación de estas áreas sociales en estos espacios, dada la vista que desde aquí se tenía.
Finalmente, como basamento (último nivel) y con una relación mayor de masa, se desarrolló un volumen de concreto, a través de una estructura que albergaba las habitaciones. Este volumen es el que se asienta sobre el terreno directamente. Este alberga en su techo la piscina, así como la terraza abierta, contigua al área social antes descrita.
La circulación vertical recorre de manera transversal toda la casa, permitiendo una integración tanto de sus espacios interiores como exteriores.