Así se titula el artículo que apareció hoy en el diario español EL PAIS con motivo del centeario de este extraordinario arquitecto veneciano (1906-1978). El autor es el director de la revista Casabella y gran conocedor de la obra de Carlo Scarpa, Francesco dal Co (conocido por muchos por la mítica conferencia en el Auditorio de la FADEU de la Puc el 2001, reporducida en el libro ‘Material de Arquitectura’).
… al hablar de su trabajo, ha de preferirse la palabra oficio a la palabra profesión. Y es el oficio, que Scarpa ejerció sin importarle su falta de actualidad, el que ha asegurado a sus mejores obras el privilegio de la permanencia.
Cuando estaba en taller uno y le pregunté al profesor por algún arquitecto que supiera hacer buenas escaleras, el me dijo que mirara la obra de Scarpa. No se equivocó. Yo pensé que Scarpa aparecería más en mi vida de estudiante, pero siempre fue reemplazado o por arquitectos modernos más mediáticos (Le Corbusier, Mies, Gropius) o por holandeses high tech. Scarpa es el arquitecto del buen oficio y este es un merecido homenaje a su obra en su centenario.
Entre sus trabajos se destacan la Gipsoteca Canoviana, la rehabilitación del jardín de la sede de la Fundación Querini Stampalia, en Venecia y el Cementerio de la familia Brion en San Vito d’Altivole (Treviso).