Descripción enviada por el equipo del proyecto. Los 370 m2 de esta residencia distribuida en dos niveles se sitúan en un barrio principalmente residencial en la ciudad de Belo Horizonte en Brasil. El sitio es de 450 m2. El objetivo arquitectónico busca privilegiar la máxima integración entre las áreas externas e internas, mezclando los bordes y amplificando la sensación de abertura.
Dado al reducido tamaño del sitio, los espacios residuales y de cruces se dejan fuera del proyecto, esto se hace evidente por ejemplo en el hecho de que no hay un hall de acceso. Esto permite una permeabilidad visual desde el acceso del jardín, dado por las grandes puertas de pivote de la fachada.
La planta es rectangular y compacta, estirándose hacia los bordes del terreno.
Las habitaciones están iluminadas por puertas grandes de la fachada principal y trasera y por vidrios de terminación mate. Una gran cubierta de vidrio sobre la pérgola de hormigón complementa la iluminación a través del jardín interior- Así mismo, la casa está inundada de luz cenital e indirecta, además previene la iluminación artificial durante el día y la excesiva exposición al sol directo. El viento principal viene desde la calle, por lo que las puertas actúan como reguladores de la velocidad del viento. Totalmente abierta durante el verano, se aprovecha la ventilación cruzada, mientras que en el invierno la casa se cierra con pequeñas aberturas para permitir la ventilación.
La residencia está establecida al nivel de la calle a un metro sobre el nivel del terreno en orden de evitar los cambios de nivel y mejorar la accesibilidad en las áreas sociales, también permite que la casa esté más protegida de la humedad de la tierra.
Paneles solares ocupan la mayoría de la losa, que en un comienzo se contempló como utilizable. Dado a que se desea cubrir grandes luces, se busca el apoyo en pocos puntos de la fundación, a modo que las paredes superiores son vigas de hormigón. La estética viene de una opción estructural, por lo que se deduce claramente que no es decorativa.
Los pilares de soporte en el porche mantienen la intención inicial de integración entre el interior y exterior.
El resultado es una residencial liviana a pesar de su estética marcada por el concreto, iluminada y ventilada, con espacios agradables y proporcionados que ponen en práctica el deseo inicial de hacer el mejor uso del espacio externo.