¿Qué tienen en común los Beatles, la madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela y Rem Koolhaas? Que todos están entre los 60 líderes de los 60 últimos años elegidos por la revista Time. ¿Y qué hace un arquitecto metido ahí?
Simple, Rem Koolhaas, polémico y visionario arquitecto holandés ha venido redibujando el panorama de la arquitectura mundial desde hace un par de décadas, sin dejar a nadie indiferente. Edificios, libros, logos, casas, revistas y hasta proyectos de ciudades figuran entre sus creaciones, pero sin duda lo que destaca es la vanguardista y claramente convincente fundamentación que hay detrás de cada obra que es capaz de convencer a clientes, alcaldes, gobiernos, lectores y en general, a quién se le cruce por delante.
Este arquitecto, que empezó su vida profesional como periodista y guionista de cine, dio sus primeros pasos en la arquitectura en los años `70 con el libro manifiesto “Delirious New York” donde contrariamente a las tendencias del momento, planteaba las ventajas que representaba la alta congestión de la metrópolis, o sea, vislumbraba oportunidades donde todo el resto sólo veía problemas, y claramente el tiempo le ha dado la razón.Este particular modo de afrontar las cosas se ha convertido en el principal distintivo de su carrera.
Su último edificio, y aún en construcción, es la ya famosa CCTV, (y nada menos que en China!): Un gran rascacielos de 550.000 mts2. que destruye las convenciones más fundamentales de lo que se entiende como un rascacielos, y en vez de replicar la característica forma de un edificio en altura, diseñó algo que más bien parece una figura geométrica imposible que desafía los límites de la arquitectura y la ingeniería. Si el edificio gusta o no es algo subjetivo, lo que no lo es, es que a partir de este momento la construcción en altura tiene un antes y un después, señalado claramente por Koolhaas.
Pero el edificio de la CCTV es sólo la punta del iceberg de una carrera marcada por hitos rupturistas: Cuándo en 2001, el presidente de la Unión Europea, Romano Prodi lo invitó a pensar una propuesta para una nueva capital continental, Koolhaas respondió con una nueva propuesta de bandera comunitaria, en vez de la ya clásica bandera azul con 12 estrellas amarillas, propuso una bandera multicolor, que unificara todos los colores de las banderas de los países miembros en una sola, a modo de un código de barra que se le puedan ir agregando nuevos colores a medida se integren nuevos países. A pesar de toda la oposición que generó la iniciativa, a partir de 2006 la presidencia de la Unión Europea ya adoptó la nueva bandera de manera oficial.
Y así, la lista de proyectos con los que Koolhaas ha inventado una nueva forma de hacer las cosas, y no sólo con respecto a arquitectura, es larguísima, y sin duda justifican su presencia entre los 60 héroes de la revista Time: (fuente: wikipedia)
- Copenhagen Brewery Site competition winner, for a new Danish Architecture Center
- Milstein Hall, Cornell, currently in the planning phase
- Casa da Música (2001–2005), Porto, Portugal
- Seattle Central Library (2004)
- CCTV HQ, Beijing (Construction Commencing 2004)
- Retail design for Prada stores (New York 2003, Los Angeles 2004)
- McCormick Tribune Campus Center, IIT, (Chicago, 1997-2003)
- Netherlands Embassy (Berlin, 2003)
- Guggenheim Museum, (Las Vegas, 2002)
- Educatorium, (Utrecht, 1993–1997)
- Kunsthal, (Rotterdam, 1993)
- Euralille (Lille, 1988)
- Netherlands Dance Theater (The Hague, 1988)
- “Maison à Bordeaux” (France)
- Nexus Housing (Fukuoka, Japan)
Sin duda es un ejemplo muy destacable para un tema que hemos venido hablando en Plataforma Arquitectura el último tiempo: el poder y del rol de los arquitectos en la sociedad. Al menos en Chile, rara vez se considera la voz de los arquitectos como válida en las discusiones públicas, aunque éstas traten sobre proyectos urbanos o temas de ciudad… y muchas veces se escucha a los arquitectos decir que no se les llama para los debates importantes o para las grandes obras, como la mayoría de las autopistas urbanas o en general los grandes proyectos público-privados. Algunos dirán que no les gusta la arquitectura de Koolhaas, o sus libros, puntos de vista, o su personalidad… pero lo que nadie puede discutir es que se ha ganado un lugar importantísimo a nivel mundial a la hora de proponer ideas, tomar decisiones o simplemente opinar. Y ese lugar se lo ha ganado desde el mismo campo en el cual trabajamos día a día: el oficio de la arquitectura.
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