Finalmente, tenemos resultado definitivo en el concurso de arquitectura para el nuevo edificio del colegio Santiago College. Después de varios meses, 35 oficinas participantes, muchas cartas a los periódicos, 2 vueltas y variadas polémicas, hay resultado. Claro que uno muy inesperado: la dirección del colegio decidió hacer oídos sordos a los especialistas contratados precisamente para asesorarlos en la elección del mejor proyecto, y en segunda vuelta eligió el proyecto de la oficina de Guillermo Rosende Arquitectos.
Esto ha sido polémico y bastante cuestionado por muchas razones: Primero que nada, el proyecto ganador es absolutamente secreto…
A todas luces da la impresión que la dirección del colegio en vez de elegir un proyecto ganador, eligió una oficina ganadora, independiente del proyecto que se haya presentado. En el acta final del concurso, se afirma “El equipo de Rosende & Asociados Arquitectos, demostró especial capacidad de adaptación y receptividad ante las sugerencias de los asesores del Consejo Superior, cumpliendo también con una serie de ventajas técnicas desde la perspectiva de eficiencia de construcción, buena localización de los espacios más representativos y simbólicos del colegio, lo que también nos permite vislumbrar que el proyecto definitivo se ajustará de mejor manera a la factibilidad financiera presupuestada.” Entonces es legítimo preguntarse ¿Y dónde podemos ver todo eso?
Otro aspecto que parece sumamente cuestionable es la manera en que se manejó el concurso. Si bien ya es muy polémico que el resultado sea secreto, resulta absolutamente vergonzoso ver como se falta el respeto a los arquitectos: primero, a todas las oficinas que participaron en el concurso, quienes lógicamente creyeron que estaban en igualdad de oportunidades ante el jurado, garantía mínima para participar en un concurso de cualquier tipo. Segundo, para los arquitectos participantes del jurado y del equipo de asesores, quienes vieron como sus decisiones pesaban menos que un paquete de cabritas al ser totalmente prescindidas a la hora de elegir un ganador. Y tercero, a los arquitectos como gremio, ya que este concurso que estaba respaldado por el Colegio de Arquitectos (entidad que se supone representa los intereses de los arquitectos ante la sociedad), tuvo un resultado totalmente irregular, lo que pone claramente en tela de juicio la autoridad que tiene el colegio de arquitectos para garantizar un adecuado proceso de concurso. Suponemos que después de todo esto, el Colegio de Arquitectos se opone públicamente al resultado final del concurso… aunque aún no nos hemos enterado de su posición.
A pesar de todas las irregularidades, esperamos que antes del 2009 se pueda ver públicamente el proyecto que finalmente se va a construir para la nueva sede del Santiago College, y no se empiece la construcción de un proyecto que claramente puede mejorarse incorporando la opinión de sus vecinos, alumnos y la comunidad SC en general.
Lamentable nos parece la situación actual de los concursos de arquitectura en Chile, y peor aun si es que la comparamos con los concursos que hemos comentado anteriormente aquí y acá donde se hacen consultas abiertas, democráticas y ciudadanas con el fin de elegir el mejor proyecto.
Desde ya, dejamos invitadísimos y con las puertas absolutamente abiertas a la oficina ganadora del concurso para publicar el proyecto en PlataformaArquitectura.
