La Fundación Konecta realizó un concurso de Arquitectura Social con el objetivo de proyectar un contenedor con materiales, elementos y tecnologías económica y medioambientalmente responsables, con un uso flexible y adaptable a cualquier destino, para atender demandas relacionadas con emergencias, ayuda humanitaria o cooperación para el desarrollo. A continuación les mostramos la propuesta de Paula del Valle Agra y Fernando Alonso Tuero, “Inercia”.
Nuestra propuesta busca alcanzar lo esencial. Estructura, espacio, forma e imagen son lo mismo. Para ello, se utiliza un único material que dispuesto según una geometría plegada proporciona estabilidad gracias a su inercia. Debido a las múltiples posibilidades de uso y emplazamiento que se puedan presentar, se diseña una construcción modular con un montaje elemental. El único material empleado es la madera. Es el material más sostenible que existe, pues es el único con huella de carbono negativa. El pabellón se posa sobre el terreno pero su geometría plegada permite la ventilación de los tableros, secándolos de posibles humedades.
UNIDAD HABITACIONAL MÍNIMA. Está compuesta por 8 módulos, resultando una superficie útil de 20 m². Está pensada para cubrir las necesidades básicas de una unidad familiar en situaciones de emergencia causadas por catástrofes naturales, conflictos bélicos, políticos, etc. Se propone un posible modelo de agrupación comunitaria con una organización socio-espacial concéntrica, generando un espacio central de relación y encuentro social entre cada 10 unidades habitacionales.
ESPACIO EXPOSITIVO. Está compuesto por 47 módulos, resultando una superficie útil de 117 m². Está pensado como soporte de exposiciones de fotografía, pintura, video-arte, etc. La geometría del pabellón permite realizar dos exposiciones simultáneas. Los cuadros de soporte se sitúan en las caras visibles de la pared que queda a la derecha en el sentido del recorrido, de forma que a la ida se verán unas obras y a la vuelta otras distintas.