- Área: 750 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Massimo Crivellari
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa de la Música de Cervignano del Friuli, en la provincia de Udine, abre sus puertas a la comunidad local. El proyecto, encargado por el gobierno local y diseñado por GEZA (arquitectos Stefano Gri y Piero Zucchi), trasforma el contexto a través de su forma sensible y moderna. El proyecto fue mencionado al Premio Marcello d’Olivo 2010, seleccionado para la Exhibición Piranesi 2010 y el para el Premio Mies Van der Rohe 2011.
Cervignano del Friuli (Udine), 22 de junio del 2011 – Se ha inaugurado recientemente la Casa de la Música en Cervignano del Friuli, diseñada y construida por GEZA (arquitectos Stefano Gri y Piero Zucchi). El proyecto es una propuesta de reutilización, restauración y renovación de un antiguo almacén de autobuses que ha estado abandonado por mucho tiempo. El gobierno local decidió establecer en este edificio de ladrillo un lugar que le ofrezca a los ciudadanos un nuevo punto de encuentro, para espectáculos, cultura y música. La Casa de la Música utiliza un lenguaje sobrio –capaz de respetar la memoria de la estructura original– y moderno –para introducir una nueva estructura en el tejido urbano– que propone una nueva vitalidad para la ciudad.
La Casa de la Música acoge, en un área aproximadamente de 750 m2, espacios de descanso y áreas sociales, espacios de ensayo y enseñanza de la música, exposiciones, espectáculos, conferencias, y estudios de grabación. El proyecto se desarrolla en dos planos dentro del edificio original: la estructura en ladrillo que fue conservada y reutilizada lleva dentro una nueva estructura de hormigón armado. Esta ha permitido configurar el espacio interior para acomodar las nuevas funciones del edificio y asegurar el rendimiento acústico necesario de las diversas áreas.
La estructura está compuesta al primer nivel de cuatro volúmenes che contienen las salas de ensayo desarrolladas como elementos autónomos que existen dentro de un espacio de doble altura –el área principal de encuentro para los visitantes y estudiantes. El segundo nivel, en parte abierto para crear el espacio de doble altura, contiene el auditorio para 100 personas. “El nuevo edificio nace dentro del ya existente,” explican los arquitectos, “contiene todas las soluciones estructurales y tecnológicas necesarias. Al no tocar la vieja estructura, el edificio adquiere un nuevo valor derivado del confronto entre lo moderno y lo existente”.
La fachada principal que da directamente a la ciudad, se define a través de cinco grandes ventanales de diversa altura que enmarcan espacios del programa que se extienden horizontalmente y verticalmente dentro del edificio. La estructura de ladrillo que sostiene el techo, enmarca la entrada (puesta en el lado corto) viene acentuada por un elemento en concreto voladizo que mímica y hace visible la estructura de hormigón del interno. GEZA concluye diciendo, “Una nueva función (lugar de música) para un viejo (y seco) estilo de construcción (un garaje de autobuses) representa un tema futuro y tecnológico que añade un valor poético a este tipo de proyectos”.
En cuanto concierne la energía, las instalaciones han sido diseñadas de acuerdo a las reglas de la administración municipal: según Cervignano todos los edificios públicos se controlan a través de un programa que mide la demanda de energía de cada estructura (en diversos instantes) y el efecto que tienen respecto a los demás edificios públicos en el contexto adyacente. De esto surge la idea de considerar una sostenibilidad integrada, una que en cierta manera incorpora la ciudad y sus diversos servicios como si fueran una única entidad.