Por Carlos Eduardo Comas
La gracia, la ligereza, la extroversión, la exuberancia y porosidad responden al deseo de transmitir los atributos tradicionalmente considerados apropiados para un pabellón en la feria. La teatralidad también corresponde a un tipo de construcción que no debería durar más de una temporada, como una pieza.
Desde esta perspectiva, el contraste violento entre las elevaciones de la calle y el jardín es comparable al contraste entre bastidores y el arco del proscenio. La elevación que da hacia el patio evoca la grandilocuencia de los demás a través de sus pabellones y columnatas colosales, evitando los aravés de su materialidad, lo que hace recordar el Palacio de Cristal (1851), que contenía toda una feria en Londres, el primero con intenciones universales.
Desde otra perspectiva, Lucio sugiere un contraste entre la gravedad del edificio dórico del Ministerio de Educación, un monumento cívico para todas las estaciones, con la gracia y la ligereza jónica del pabellón temporal. Implicaciones de la feminidad y el lirismo se ven reforzadas por la placa metálica que cubre las columnas de acero, como una voluta. Las connotaciones del palacio de columnas permanece en un tono menor.
Un aire interior predomina, elegante, aunque a veces peculiar. Como Sert en París, Niemeyer y Lucio rechazan el concepto lineal adoptado por Mies en Barcelona. No dejan ninguna duda de que el linaje del pabellón es la tipología de la ciudad romana.
Son conscientes de que la organización axial, el atrio y el peristilo del pueblo reaparecen en el hôtel particulier francés, con el cuerpo-de-logis entre patio y jardín como la casa de ingenio brasileño que tiene balcón con columnas en el frente y un patio cerrado por tres lados y abierto hacia el campo en el fondo, como haciendo “Colubandê” neoclásico cerca Rio, también notable en múltiples entradas a los servicios de la planta baja.
El Brasil colonial urbano y los componentes de su ascendencia ibérico justifican modelar el brise-soleil como un muxarabi moderno fijo, en vez de paneles móviles destinados a la construcción más elaborada del Ministerio de Educación. La evocación del pasado antiguo se combina con la alusión al pabellón moderno, Melnikov (una vía de acceso público que sube), Sakakura (la rampa y vigas) y Aalto (las curvas), por no hablar de Mies (la externalización de la mecánica de planta libre) y Perret (columnas colosales y truncados) .
Arquitectos: Lucio Costa & Oscar Niemeyer Ubicación: Nueva York, Estados Unidos Año Proyecto: 1939 Fotografías: Arqtexto 16 Referencia: COMAS, Carlos Eduardo. “Feira Mundial de Nova York de 1939: O Pavilhão Brasileiro“, en Arqtexto 16 (Porto Alegre, UFRGS).