El diseñador holandés Lucas Maassen ha empleado a sus 3 hijos, Thijme (9), Julian (7) y Maris (7) para el desarrollo de este proyecto. Ellos son los responsables del trabajo de pintura de los muebles que se construyen en la fábrica.
Se les paga 1 euro por cada pieza de mobiliario que pintan, conforme a lo acordado en el contrato que firmaron.
Debido a las leyes holandesas sobre trabajo infantil sólo es posible para Thijme, Julian y Maris trabajar por 3 horas a la semana. Como resultado de esto, la velocidad de producción se ha convertido en un factor crucial en el proceso.
Las limitaciones de tiempo se establecen y contribuyen a la estética típica de Lucas Massen & Sons. Todo el mobiliario está construido a mano y pintado a mano.