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Arquitectos: Franconi González Architects; Cristiano Franconi, Rodrigo González, Alessandro Scarnato
- Área: 5085 m²
- Año: 2008
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Barcelona 23 de octubre de 2012 - El rápido crecimiento que ha experimentado el IED Barcelona desde su llegada en 2002, ha requerido su traslado a un nuevo edificio de más de 5.000 m2 dedicados a la formación y la investigación del diseño. La obra arquitectónica, realizada por el estudio Franconi Gonzalez Architects en colaboración con el estudio ProA Solutions, es el resultado de la reforma y rehabilitación de la antigua fábrica textil Macson de Barcelona.
La nueva Escuela Superior de Diseño se compone de cuatro plantas que integran los valores y beneficios del Design For All con el objetivo de estimular la experimentación creativa y el diálogo entre usuarios y disciplinas. El edificio dedica 610 m2 a espacios amplios y flexibles repartidos entre la primera y la última planta que facilitan la intervención y el trabajo colectivo entre estudiantes y docentes. El resto del edificio alberga también las nuevas oficinas, las aulas y los talleres adaptados a las diferentes áreas de formación en Moda, Design, Visual Communication y Management for creative industries.
El coste total invertido ha sido de 4.500.000 € divididos en 5 fases desde el 2008. Una adquisición autofinanciada, sin depender de créditos bancarios, gracias a la planificación de un sistema de ocupación progresivo de los nuevos espacios a lo largo de los tres últimos años.
La intervención conserva e integra el carácter industrial del edificio, una fábrica textil construida en 1952 en el barrio de Gracia de Barcelona (Biada, 11). La estructura original, el aspecto industrial del edificio y su funcionalidad, se reflejan en los espacios amplios y luminosos como el Open Space de 380 m2, los talleres de moda que coinciden con los talleres de la fábrica originales y las paredes rebajadas y techos descubiertos que descubren el edificio antiguo.
La organización y el acceso de la nueva sede surge del antiguo patio de carga y descarga, elemento protagonista de la construcción que adquiere una dimensión arquitectónica mediante la organización de diversos planos geométricos. Su diseño, acabado en madera de pino tratado, se caracteriza por una serie de rampas y escaleras apoyadas sobre una estructura metálica reticular de 240 m2 que se organizan alrededor de una rampa central. Además consigue resolver de forma original la cota de desnivel existente entre la recepción y la calle. El nuevo patio ofrece la posibilidad de acceder de diversas maneras y desde diferentes puntos a la escuela, un reflejo metafórico sobre el proceso de aprendizaje de cada estudiante.
Cada parte del edificio promueve la relación entre los usuarios y sus diferentes espacios. El patio invita al estudiante a acceder al vestíbulo con una sutil fluidez que logra mediante diversos elementos. Por un lado reduciendo las paredes entre el interior y el exterior, gracias a los accesos acristalados que además favorecen la iluminación natural y la continuidad visual, por otro lado la percepción de correspondencia entre el suelo del patio y el techo del vestíbulo y finalmente por las oficinas con paredes translúcidas que se intuyen en el fondo.
La fábrica original presentaba diversos problemas para su reutilización debido al aislamiento de ciertas partes del edificio que impedían fluidez y continuidad con el resto de espacios. La incorporación de las nuevas escaleras interiores y las escaleras de emergencia resuelven los problemas de comunicación de las plantas de las oficinas desfasadas respecto al resto del anillo del edificio. La escalera de emergencia, además de ser un elemento de servicio deviene protagonista del patio central.
El trabajo práctico es clave en la formación del IED, por esta razón 752 m2 están dedicados a talleres y laboratorios adaptados a cada área. Los talleres de las formaciones en transporte, interiorismo o diseño de producto se encuentran en la última planta para facilitar la ventilación y la iluminación natural, una ubicación privilegiada para evidenciar la importancia de la experimentación. El plató y los laboratorios multimedia están ubicados en la planta subterránea del edificio, anteriormente dedicada a almacenajes, ya que no se necesita luz natural, pero están distribuidos mediante paredes acristaladas para transmitir fluidez y evitar un espacio laberíntico.
La mayoría de los elementos de iluminación de la escuela pertenecen a la firma italiana Artémide.
La construcción de la nueva sede ha sido un reto para arquitectos, estudiantes, docentes y trabajadores que han colaborado conjuntamente en diferentes proyectos durante el planteamiento del edificio. Los arquitectos afirman que el constante diálogo con los estudiantes y directivos ha sido la clave para poder detectar las necesidades de una innovadora y moderna Escuela Superior de Diseño.
