Este teatro al aire libre se construyó especialmente para 12 obras de teatro durante el verano del 2011 en Tallin, Estonia. Su principal objetivo arquitectónico fue crear un espacio cerrado, cómodo e íntimo que permite generar una conexión inmediata entre el público y los actores. La arquitectura enmarca el paisaje para que el parque, los árboles y el estanque existente se conviertan en parte integral de la escenografía.
La construcción de madera entrega la espacialidad necesaria para el desarrollo de las obras y permite la iluminación dinámica del escenario. Evitando una narración concreta en esta solución, el escenario es una abstracción.
No fue necesario utilizar materiales complicados, la madera es un
material que se puede trabajar y manejar con facilidad y además resiste
bastante bien a la intemperie. Después de las 12 actuaciones, el escenario fue desmantelado y la madera fue reutilizada en otros proyectos.