Este edificio para el arriendo se encuentra en un barrio residencial frente a una estrecha calle a una cuadra de la avenida Aoyama, en contraste con una serie de altos edificios que se encuentran en el camino. Situado en la brecha entre estas dos escalas, nuestro objetivo era levantar un nuevo edificio que no perteneciera a ninguna de ellas.
La forma del edificio se dobla hacia el cielo, como un vientre que no permite que los transeúntes distingan la cantidad de pisos que tiene realmente el edificio. La luz del sol se refleja en la pared exterior curva de forma gradual y fluye hacia las oficinas a través de las ventanas. Basado en el concepto de "abstracción", diseñamos una nueva forma de encuentro entre la arquitectura y la gente.