En el año 2030, Aguascalientes, una de las 46 áreas metropolitanas de México, será una de las 20 ciudades del país con más de un millón de habitantes. A partir de esta estimación, el municipio decidió mejorar su infraestructura y crear nuevos espacios para satisfacer las necesidades de la población, sobretodo de la que se instaló en el sector oriente, un lugar sin grandes servicios.
Para regenerar esta zona, en 2011 el municipio comenzó la construcción del Parque Ecológico Línea Verde en torno a las tuberías de petróleo que atravesaban el sector y en torno a las que la población había hecho sus casas. El proceso para construir este lugar no fue fácil, pero una vez que se inauguró en 2013, se convirtió en un referente para futuros proyectos no sólo en México, sino que para otros países que deciden preservar su medioambiente y abrirlo a la ciudadanía.
Conoce la historia y los beneficios de este proyecto, a continuación.
La idea del parque surgió en 2010 cuando la alcaldesa de Aguascalientes recién electa, Lorena Martínez, viajó a Curitiba (Brasil) y se reunió con el alcalde Jaime Lerner, quien le mostró cómo lograron regenerar varias zonas urbanas mediante la construcción de nuevos parques.
Aunque los barrios en donde se proyectaba el parque eran de propiedad del municipio, éstos estaban atravesados por tuberías de petróleo de la empresa nacional Pemex, lo que influyó en que durante tantos años el sector oriente de Aguascalientes no fuera intervenido. Sin embargo, después de varias negociaciones, Pemex aceptó entregar los terrenos a cambio de nuevas medidas de seguridad para evitar las perforaciones de los oleoductos.
Después de conseguir esto, se hizo necesario reunir los fondos para iniciar la construcción. Para esto, el municipio contactó a las oficinas federales, de las cuales la Federación Nacional de Deportes donó US$10 millones para hacer ciclovías, pistas de atletismo, canchas y una piscina pública. Por otro lado, el Ministerio Nacional de Comunicaciones y Transportes entregó US$7,5 millones para construir un puente y terminar la Avenida Línea Verde que rodea parte del parte.
Con el objetivo de definir qué espacios tendría el parque, el municipio les preguntó a los vecinos del parque -que se calculan en 300 mil- que les gustaría hacer en él para que se construyeran espacios en donde pudieran practicar sus hobbies de siempre.
Como Aguascalientes es una ciudad seca, mantener los jardines era un desafío, pero esto se solucionó al regarlos con el agua reciclada de una planta de tratamiento cercana. Además, para no tener grandes cuentas de luz, se instalaron luminarias solares.
Finalmente, el parque de 12 kilómetros de extensión se inauguró en 2013 y tuvo un costo total de US$40 millones. Aparte de los recintos que se construyeron con los aportes mencionados, se hicieron gimnasios y se instalaron máquinas de ejercicios al aire libre. También se destinaron programas sociales para organizar clases y talleres durante todas las semanas.
Según las estimaciones del municipio, desde que se abrió el parque, la delincuencia en el sector ha disminuido en un 50% y el estado de salud de los vecinos ha mejorado notablemente. En relación a la violencia que existía en el sector, la alcaldesa expresó que no quería atacar este tema con más violencia, lo que dio sus frutos con la regeneración de este espacio abandonado.
Artículo originalmente publicado en Plataforma Urbana