Joan Miro se establecio en Palma de Mallorca en 1956, donde vivió hasta su muerte en 1983. En 1981 se constituye la Fundacion Pilar i Joan Miro tras la decisión de donar al Ayuntamiento lo que fueron sus talleres: Son Abrines (obra de su amigo Josep LLuis Sert) y Son Boter (una antigua vivienda mallorquina del siglo XVII), así como varias de las obras contenidos en ellos. En 1986, cinco anos después de la constitución de la Fundación y tres después de la muerte de Joan Miro, se plantea la necesidad de construir un nuevo edificio donde, cumpliendo con los estatutos, se podrían mostrar las nuevas tendencias artísticas, así como la obra y el proceso creativo de Miro. Para ello, Pilar Juncosa, viuda de Miro, hace donacion de unos terrenos ubicados junto a la que fue su casa de residencia y sus talleres. Una vez reunidos los fondos se encarga el proyecto a Rafael Moneo, prestigioso arquitecto que en ese momento era el Decano de la ‘Graduate School of Design’, de Harvard, y quien fue discípulo directo de Sert.
El edificio de Moneo se ubica en el área situada entre el camino de acceso al estudio del pintor (construido por Sert) y la calle que se encuentra en la parte mas baja del solar. El acceso al museo es por la parte superior, debido al desnivel del terreno. Un gran quiebrasol de hormigón cubre toda la fachada que da hacia el jardín y hacia el mar. Frente a este volumen aparece la sala de exposiciones (galería conocida como ‘sala estrella’), ubicada en un nivel inferior y con un espejo de agua como cubierta. El edifico se vuelca hacia el interior, distanciándose del lamentable episodio urbano que lo rodea.
La galería aparece como un volumen fragmentado, discontinuo donde las obras de Miro tienen una ubicación especifica, con cualidades lumínicas distintas, generando la sensación de ver los cuadros como estarían en su casa y no en un museo. La materialidad ayuda a crear esta espacialidad: Hormigón, alabastro, vidrio y agua dan vida a la obra. La luz y sus reflejos pasa a ser un material mas, aportando calidad al espacio.
Por su parte, el jardín potencia el conjunto, jugando con el museo y los edificios ahi existentes. El agua es un elemento esencial del jardín, recordando el mar adyacente. La vegetación corresponde a plantas tradicionales de la isla, logrando un paisaje verde donde las esculturas de Miro se apropian del lugar.
Cuando Miro trabajaba en precarias condiciones en Paris, escribio: “Mi sueno cuando pueda establecerme en alguna parte, es tener un gran taller, no tanto por razones de iluminacion, luz del norte, etc; que me dejan indiferente, como por tener espacio, muchas telas, pues cuanto mas trabajo mas deseos tengo de trabajar. Me gustaria intentarlo con la escultura, con la ceramica, con el grabado, tener una prensa, intentar tambien superar, en la medida de lo posible, la pintura de caballete que, a mi parecer, se propone un fin mezquino, y acercarme, por la pintura, a las masas humanas en las que no he dejado nunca de pensar…”
Cuando finalmente Miro se establecio en Mallorca, penso para la construccion de su taller en su amigo Josep Lluis Sert, quien se encontraba en ese minuto ejerciendo desde 1953 el cargo de Director de la Escuela de Postgrados de Diseno de Harvard. El taller de su amigo pasaba a ser un excelente encargo donde plasmar sus ides, después de 20 anos sin haber construido un edificio. El proyecto y la construccion del estudio se llevaron a cabo entre los anos 1954 y 1956.