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Arquitectos: Estudio Valdés +
- Área: 1286 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Felipe Díaz Contardo
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Proveedores: Atika, MK
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Condominio Polo Cachagua nace como respuesta a la pregunta: ¿Cómo insertar un conjunto de vivienda, de mayor densidad a la existente en el balneario, sin alterar su carácter local? ¿ Cómo delimitar las viviendas para que funcionen aisladamente pero se entiendan como partes del un total?
El proyecto, ubicado en un terreno rectangular de una coma dos hectáreas, además de satisfacer las demandas de densidad requeridas por un proyecto inmobiliario, reconoce la vocación del lugar a través de la arquitectura, posándose sutilmente en el contexto y trasladando la naturaleza circundante hacia el espacio interior.
El Condominio, estratégicamente emplazado, amortigua su presencia anteponiendo un espesor no construido hacia el espacio público, una calle interior y un área verde común, dejando diez sitios equivalentes alargados hacia atrás, con un frente predial de dieciséis metros y medio, y un sólo sitio adelante, dispuesto donde se ensancha la superficie del lote. Este último permite alcanzar la densidad máxima permitida de once casas, y alberga una tipología diferente a las demás, de solo un piso para aminorar su visibilidad desde el espacio público.
La composición general del Condominio se asemeja a un gran edificiofraccionado en viviendas rectangulares dispuestas una al lado de la otra, con un frente construido de diez metros y medio, y una profundidad de veintiún metros. Cada unidad se resuelve en su longitud bajo el concepto de un doble frente, abriendo sus vistas y jardines hacia el norte, los cerros, y hacia el sur, las canchas del club de Polo. Por otra parte, en los intervalos de tres metros que quedan en tensión entre la casa y los medianeros se generan espacios positivos, por un lado un recorrido pausado hacia el acceso lateral, y por el otro, un lavaderoresguardado. A pesar de que las unidades de vivienda son construcción aislada, quedan integradas al total por suscierros, al frente con muros de pirca que se perciben como un zócalo continuo, y por los lados, con medianeros revestidos en pino negro que amarran los cuerpos, introduciéndose, incluso, en el adentro de las viviendas.
La volumetría se caracteriza por concentrar la mayor parte de lo construido en el primer nivel, dejando un segundo piso mas liviano y trasparente al mirar desde la calle. El volumen refuerza la idea del doble frente, cerrándose en su largo con muros opacos para aislarse del vecino, y abriéndose con grandes ventanas en sus extremos. Ventanas que aumentan su altura gracias a un techo diagonal inclinado que otorga además, movimiento a la elevación general del conjunto.
La espacialidad interior, también se desarrolla a partir de la dualidad de frentes, disponiendo los espacios de circulación, acceso, pasillo y escalera, en el centro, y los recintos de estar, dormitorios, living y comedor, en los extremos. La cocina, por otra parte , se dispone en el centro pero queda integrada al comedor a través de puertas corredizas.
Por último, la materialidad, tanto de las casas como de la urbanización, intenta fundir lo construido con el entorno natural, utilizando colores y elementos del lugar ,como maicillo, piedra local, madera de pino y hormigón visto, para revestir sus muros y suelos.