- Año: 2009
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Proveedores: Xilofor
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Intervenir un paisaje tan majestuoso como la Cordillera de los Andes requiere hacerlo con gran respeto y sensibilidad, ya que es una situación exigente.
La cordillera, un vacío sin habitar, pero una gran superficie con vida propia, siempre cambiante con una fuerza única, donde el cielo con el paso de las nubes nos envuelve variando de opaco a brillante o tiñendo con toda la gama de colores los mantos nevados.
El sol nos regala así todas las posibilidades de la luz que acompañan su recorrido y nos identifican las actividades que se desarrollan a lo largo del día.
La obra se ubica en uno de los bordes del pequeño poblado cordillerano de La Parva, con el campo nevado esquiable donde se sale a tomar los andariveles que conectan con las canchas de ski más altas y donde en la tarde se vuelve a sus refugios. Por lo tanto, la obra acompaña con su juego de volúmenes, con su luz y sombra, ese dialogo que pretende conjugarse con el medio que la contiene.
El encargo consistía en un edificio de 24 departamentos de 100 a 140 m2 que se emplazara en los 3 terrenos fusionados que recogieran la vista privilegiada y la orientación norte, en su principal fachada. Así se crearon 4 volúmenes que se descolgaron por la pendiente, traslapados entre ellos para privilegiar el asoleamiento y la vista que se tiene del valle en los atardeceres.
Una construcción que se instala en este lugar destacado supone un gran desafío que debe hacerse con humildad y sobriedad. Así, El edificio recoge hacia la calle la escala del pueblo respetando la vista hacia el valle de los edificios superiores. Se elige el uso de piedra local tanto para esa fachada como para el zócalo del lado norte, para fundirse con el paisaje circundante, especialmente en los meses de verano.
El techo se trabaja como el gran manto que contiene y cobija los departamentos de las inclemencias climáticas descolgándose paralelo a la pendiente del cerro. Los últimos pisos están revestidos con tablas de fibrocemento con el fin de controlar la escala a la cancha. Los demás volúmenes se trabajan en hormigón armado pintados en color blanco para integrarse al entorno y destacarse únicamente a través del juego de luz y sombra que toman sus planos traslapados. Por detrás, un puente comunica los 2 grupos de volúmenes y los 2 pisos de estacionamiento se desarrollan apoyados en el cerro.
Interiormente, los departamentos cuentan con una aislación térmica de poliplac de 10 cm. que junto a los ventanales de termopanel aseguran una óptima temperatura complementada gracias a la orientación norte con un mínimo consumo de calefacción.