La reciente intervención del estudio MAPA en LIGA ,llamada "Espacios en espacios", muestra una serie de piezas hechas en polines de madera recreando escenas de la vida cotidiana para hacer presente y tangible el espacio mismo de la galería. Esta intervención estará abierta al público hasta agosto 2014 en la Ciudad de México.
Como en la tipología de la sala hipóstila, esta distribución de elementos contiguos ocasiona una experiencia espacial intensificada, generando visuales ortogonales y diagonales a través de los obstáculos. Cada una de estas columnas verticales además alberga excavado en su interior una escena, realizada con escalas de maqueta. Esta colección de pequeños espacios en el espacio presenta la arquitectura como una disciplina en la que la materia y la vida se unen.
El recorrido del visitante activa el espacio creando tanto encuentros personales entre el individuo y las actividades representadas, como una lectura fragmentada del visitante en la instalación (un juego recurrente en el trabajo de MAPA). En su conjunto, la multiplicidad de escenas cotidianas y la repetición matemática de las piezas de madera generan una simbiosis entre vida y materia, entre escenas individuales y la colectividad de la polis, entre lo particular y lo genérico: una exposición que por ende oscila inteligentemente entre representación arquitectónica y experiencia fenomenológica.
Revisa más imágenes de la intervención a continuación.
Texto de: Diego Capandeguy
La presente instalación de MAPA en LIGA, en México DF, es una nueva indagación en apariencia algo curiosa y enigmática. Se trata de 40 pilares de madera gigantes separados entre sí por cerca de 60 cm, con hendiduras o muescas que se vinculan. Estos creadores se imponen reglas al jugar con las constricciones del sitio. En esta espacialidad relacional, los hombrecillos esculpidos se presentan diminutos en su vinculación con este bosque o en esta Manhattan vacía.
En su relato, los jóvenes de MAPA apelan a una explícita Arquitectura de límites difusos, lo cual se puede vincular con otros artistas contemporáneos. ¿No será esta instalación una metáfora del propio MAPA, arquitectos digitales que sueñan con seguir operando como artesanos de la arquitectura en el abierto Brasil y en un mundo también fluido, para atravesar y expandir? Y es que los jóvenes de MAPA se han animado a operar más allá de los relictos locales de la contemporaneidad, articulándose en nuevas redes, con sus aperturas y endogamias, sus transparencias y máscaras.
Asimismo en este montaje, como en sus obras y proyectos, hay juegos formales, aescalaridades y guiños antropomórficos. Pero aquí se trata de un bosque abstracto, casi de clima frío, en la calurosa ciudad de México, sin mediaciones, sin filtros sutiles y colores propios de sus obras y proyectos previos. Pero su talante, a medida de cada encargo, sin alardes, y con una actitud adaptativa y creativa ante cada comitente parece ser el mismo. Ello parece constituir una actitud vital y creativa que hasta ahora distingue a estos chicos. Quizá, con el tiempo, ello devenga en la “Solución MAPA”, un estigma operativo que los une y que se pondera de un gran potencial futuro. Porque los integrantes de este grupo son auténticos buscadores de oportunidades proyectuales, de una belleza contenida.