Ya han pasado algunos meses desde que se entregaron los resultados oficiales que prohíben la construcción de Alminares (o Minaretes) en todo Suiza, una decisión polémica que se relaciona a una tipología arquitectónica y que ha movilizado a todo un país, generando una agitada controversia que viene tramitándose desde el 2005.
Todo empezó a propósito de un permiso solicitado a una pequeña municipalidad al norte de Suiza para la construcción de un Alminar de 6 metros de alto sobre el techo de un centro islámico. La oposición de los vecinos y el rechazo de la municipalidad fue solo el principio de la polémica que se gestaría más tarde.
Tras unos años, este elemento arquitectónico logró transformarse en un tema central de discusión y controversia para todo el país, algo insólito de imaginar en la mayoría de los nuestros, movilizando personas, agrupaciones y a la política en general a tomar partido. Las razones varían de muchas formas, pero el principal argumento es a que representan el crecimiento de una ideología y de un sistema legal que es completamente incompatible con la democracia del país.
Y resulta que al pensar en significados el tema no es para nada menor: los Alminares son elementos históricos distintivos de la cultura islámica, generalmente se trata de torres que son parte de las mezquitas. Esto ha hecho de que el tema pase a ser parte de la discusión de agrupaciones religiosas, comunidades inmigrantes, políticos y legislativos.
Actualmente se contraponen visiones, pero en la mayoría de los casos esta decisión se revela como un hecho que afecta de manera negativa al país, (con alrededor de 400,000 musulmanes), a modo de rechazo a la comunidad Musulmana, en su religión y cultura.
De manera inesperada este elemento arquitectónico, con alto valor histórico y religioso asociado es por ahora el causante de una polémica transversal que todavía sigue viva. Sería interesante ver la perspectiva de nosotros los arquitectos en el tema.