Arquitectos: HM.Arquitectos _ Fernando Hitzig & Leonardo Militello
Ubicación: Calle Niceto Vega 5181, Buenos Aires, Argentina
Colaboradores de estudio: Juliana Zorza_ Carmela Zuleta_ Lucia Stafforini_ Ruben Ruiz
Renderista: Juan Rosales
Calculo Estructural: Ing. Carlos Gandini
Constructor: Arq. Luis del Valle
Asesoria en Iluminación: Estudio Veñares
Programa: Galería de Arte + Talleres
Año: 2008
Superficie del terreno: 152.16 m2
Sup. Total Cubierta: 279 m2
Sup. Total Descubierta: 17.02 m2
Premio: Selección premio BIENAL-SCA mejor obra 2008
El edificio se encuentra ubicado en la calle Niceto Vega, arteria en constante desarrollo del barrio de Palermo. Como edificio situado en dicha locación siempre entendimos la importancia de su presencia, tanto desde el punto de vista de su impronta arquitectónica como a su vez programática. La velocidad y las luces que caracterizan dicha calle fueron motivo de análisis a la hora de estudiar la propuesta, además de premisas decisivas como punto de partida para reflexionar sobre la dualidad entre la respuesta del edificio desde su fachada hacia el exterior, por un lado, y hacia su interior, por el otro. Se trabajó entonces, desarrollando la idea de la fachada como punto de inflexión entre la búsqueda espacial interior relacionada a lo estático-perceptivo y el exterior expresando el lenguaje de lo dinámico vinculado absolutamente con el dinamismo vehicular. Partiendo de la decisión de conservar las características mas genuinas de la casa – típicamente palermitana – el proyecto propone una intervención de integración con lo existente, relacionándose desde lo moderno y contemporáneo, asi como rindiendo homenaje a la construcción original.
Nos interesó desde un principio reinterpretar la relación de la fachada con el exterior, casi como una operación de carteleria tipo “back-Light” produciendo una tensión, un movimiento, una dinámica lúdica, una intención de colores, como respuesta a la realidad exterior. Dicha operación de fachada ágil, liviana y moderna descansa sobre la robustez y solidez de la fachada original, componiendo un todo íntimamente relacionado y tectónico. Como resultado surge la secuencia de 12 esbeltos postigones pivotantes materializados en policarbonato esmerilado, de 4.20 m de altura por 60cm de ancho alojados en bastidores metálicos, los que permiten esta versatilidad de apertura en fachada, barriendo el espectro de un estadio A (fachada completamente cerrada y hermética) a un estadio B (fachada completamente abierta). Cada postigon esconde un sistema de Leds RGB que permite teñir la fachada según el color y la secuencia cromática deseada. Todo este dispositivo de impronta tan contemporánea corona a la fachada clásica y a su vez se separa de ella mediante una cinta de hormigón a la vista que recorre el frente de lado a lado.
Como contrapartida: el estatismo interior. El edificio funciona en corte, logrado a través de una sucesión de patios escalonados, y entrepisos flotantes; de espacios quietos para la contemplación y percepción. Espacios interiores relacionados entre si mediante visuales continuas e intencionalmente direccionadas a los exteriores, a los centros de luz, a la búsqueda del cielo y el verde; logrado bajo la apertura total del espacio mediante aventanamientos completamente despojados de parantes y carpinterías. Se diseñaron y fabricaron marcos metálicos que, esquivando la estructura de Hormigón visto, abrazan a los grandes paños de vidrio, conformando la totalidad de la fachada interior del edificio.
La sola idea de focalizar y estructurar el edificio a su mundo interior llevó consigo el resultado de capturar un oasis lleno de vegetación y hacerlo parte integral del conjunto; para de algún modo preservar la esencia y el carácter de la vivienda original.
Existe a lo largo de toda la obra la premisa casi obsesiva de trabajar sobre los puntos de contacto entre la “casa vieja” y la “obra nueva”. Estos son siempre puntos de tensión desde el punto de vista arquitectónico, que indudablemente requerían de nuestra mayor atención, estudio, reflexión, y solución proyectual. Tanto en las decisiones generales y primarias del proyecto, como en la resolución de los más pequeños detalles constructivos, los encuentros entre el “mundo viejo” y el “mundo nuevo” proponen un cuidado particular, desde el diseño y la materialidad.
Desde el punto de vista tecnológico, el proyecto responde a la misma premisa. La obra funciona como una casa de principios de siglo que asimila la más alta tecnología. Desde circuitos programables de iluminación, hasta sistemas de acondicionamiento de aire con concepciones ecológicas de ahorro energético, pasando por zonificaciones de audio y video de alta definición. Como proyectistas nos interesó desde los primeros trazos del diseño dar respuesta a este encargo bajo la consigna de la riqueza espacial, la utilización de materiales nobles, la sinceridad constructiva, la serenidad cromática, y la preservación del verde, logrando un contenedor cuyo fin fuera ceder total protagonismo a las piezas de arte que deberá alojar.
