Una nueva investigación sugiere la protocélula como tipos de “pieles” que podrían ser el secreto para la construcción de la arquitectura de carbono-negativo.
Investigadores en Europa están colaborando en un proyecto para desarrollar materiales que eventualmente podrían hacer posible que edificios puedan producir agua en ambientes desérticos e incluso producir biocombustibles.
La Universidad de la Escuela de Arquitectura y Construcción de Greenwich está a punto de utilizar la biología sintética para crear “vida” de materiales que podrían ser utilizados para revestir edificios y ayudar a combatir los efectos del cambio climático.
La idea es utilizar protocélulas – burbujas de aceite en un líquido acuoso sensibles a la luz o sustancias químicas diferentes – para fijar carbono de la atmósfera o para crear una caparazón protectora alrededor de los edificios, para protegerlos de la erosión.
¿Crees posible implementar esta tecnología con la arquitectura actual?
