Arquitectos:María González y Juanjo López de la Cruz, Sol89, junto a Ángel Martínez García-Posada y Rodrigo Castro Ubicación: Colegio de Arquitectos de Sevilla, España Colaboradores en el montaje: Daniel Díaz, Jorge Izquierdo, Pablo Jesús Blázquez, Jesús Medina, Victor Moita, Marta Muñoz, Andrés Pino, Ilda Rodríguez, Luis Romero y Laura Silva Promotor: Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla Ejecución: Nov 2008- Ene 2009 Año: 2008 Área: 130 m² Fotografía: Jorge Yeregui Tejedor
Les mostraremos la propuesta ganadora del concurso lanzado por la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla, para una intervención en la red pública de la ciudad, de los arquitectos María González y Juanjo López de la Cruz (Sol89), Ángel Martínez y Rodrigo Castro.
En la ciudad, la separación entre espacio público y privado es distinta de la división entre lleno y vacío. El espacio público se extiende por plazas y acerados, mientras que el conjunto de vacíos se dilata en diferentes formas en la construcción de cada parcela. Una representación del centro histórico que atendiera a esta situación difusa habría de llenarse de adherencias casuales, que matizarían el tradicional parcelario de calles y propiedades.
Estos lugares híbridos son susceptibles de ser compartidos como espacios de resonancia, lugares de encuentro de la ciudadanía. Podemos rastrear un amplio número de espacios de pequeña escala, retales parcelarios que pueden ser incorporados a la ciudad a través de una habitabilidad “blanda” que refunde la división artificial entre lo privativo y lo participado en estos tiempos de privatización del ámbito público.
La intervención pretende señalar el carácter estratégico del patio del Colegio de Arquitectos como un lugar que puede ser incorporado a la ciudad. Para ello se modela una habitación escénica roja de fácil instalación que puede ser ocupada como foro ocasional donde celebrar actividades ciudadanas.
A través de una página Web cualquier individuo o colectivo puede solicitar día y hora y llevar a cabo un evento en un lugar normalmente cerrado fuera del horario institucional, el vestido rojo del espacio lo convierte en un espacio escénico durante el tiempo de la apropiación del mismo. Hubo quince intervenciones ciudadanas dentro de Red Pública en los dos meses que permaneció instalada.
“En nuestro trabajo utilizamos a menudo una alfombra roja como zona de ensayo con un propósito muy claro; fuera de la alfombra el actor está en la vida diaria, puede hacer lo que quiera: gastar energías, realizar movimientos que no expresen nada en particular, rascarse la cabeza, dormirse; pero tan pronto como se halla en la alfombra, está obligado a tener una intención definida, a estar intensamente vivo, por la sencilla razón de que un público lo contempla”.
Brook, Peter. La puerta abierta. Reflexiones sobre la interpretación y el teatro.