- Área: 3520 m²
- Año: 2009
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Fotografías:David Frutos, Jesús Granada, LosdelDesierto
A Veces la casa Comienza por el Tejado
A temprana edad y de forma inmediata, los niños identifican la cubierta inclinada con la casa, así el trazo de los dibujos: el tejado, la base prismática y por último las puertas y ventanas. Una guardería no es más que una “casa grande” en la que disfrutan gran parte de su tiempo.
Esta idea, aunque interpretada, es la base generadora de la propuesta. La gran losa estructural (tejado) es plegada en el espacio, lo que permite: duplicar la única planta en altura para adaptarse a los edificios colindantes, además de ampliar el espacio interior y la iluminación natural. Esta cobertura abarca el total de las dependencias específicas de esta guardería, y por la que discurren empotradas o en superficie gran parte de las instalaciones (fontanería, telecomunicaciones, iluminación).
Bajo este el toldo-cielo, se desarrolla el programa de 8 aulas asignadas a los tres grupos de niños en función de sus edades, además de comedor-sala polivalente, cocina con sus dependencias, las de administración y personal. Distribuidas alrededor de un patio central - zona de juegos. Las distintas áreas de aulas constan de sus propios espacios exteriores, lo que permite siempre unas relaciones dentro-fuera permanente.
Una vez resuelto el tejado y el programa, estaba pendiente la envolvente. Ambicionábamos evitar el concepto tradicional de ventana, aportar una identificación propia al edificio que provocara la interrelación de sus usuarios. Por lo que ideamos un sencillo sistema de piezas en puzzle que en su composición formaran los huecos de todas las fachadas. Los recortes circulares tiñen de color los planos con dobles vidrios de seguridad y butirales en color magenta, amarillo-verdoso, azul.
Durante el día, el interior es salpicado con lunares estos coloreados, como luces de linternas. En la noche focos luminosos acompañan el sueño de los críos.
Se decide diferenciar el mundo de los niños del mundo de los mayores por medio de los materiales de revestimientos y acabados. El límite es marcado por un zócalo a una altura de 1,30 m que coincide con la línea de horizonte de los pequeños. Vinilos acústicos que revisten el suelo y zócalos de paredes, a partir de ahí la construcción queda a la vista, incluso las huellas de las rozas para las instalaciones, a lo sumo pintados con poliuretanos sin disolventes que permitan su adecuada limpieza.
Destaca la instalación de suelo radiante en todo el edificio exceptuando locales anexos a la cocina, sistema elegido por ser el idóneo para esta tipología, además de su compatibilidad con la producción de agua caliente sanitaria mediante instalación de equipos de captación solar.
El edificio – El usuario. Entendemos que todo edificio debe responder al uso específico y por tanto corresponder a las necesidades del usuario. Como arquitectos no hemos de limitarnos a proponer contenedores anónimos que lo mismo pueden ser guarderías que centros de día para mayores. Si hablamos de un espacio dotacional, ya su nombre lo especifica, debe estar dotado y capacitado para tal.
El recurso del color en edades tempranas es muy importante, los bebes (tal y como pudimos comprobar con nuestro propio hijo) utilizan el color para diferenciar, disponer y construir, así como para relacionarse con el mundo que les rodea. Todo es un evento, tocar, chupar, oler… en un constante desarrollo de los sentidos.
La incorporación del color en el material vinílico (pvc) que reviste el suelo y los zócalos de las estancias, además de identificar grupos por edades y diferenciar los espacios comunes de las aulas, son seleccionados para contribuir con el desarrollo de los niños.
Las aulas de 0-1 año se bañan de azul color, el cual promueve la relajación, sensación de estar sumergidos en el agua, la flotabilidad, el mundo de la fantasía,… lo cual fomenta el sueño y por tanto favorece el crecimiento de los bebes.
Las aulas de 1-2 años en color naranja. Este color mezcla de rojo y amarillo favorece la actividad y la estimulación psicomotriz, esencial en esta etapa del desarrollo de los niños.
En aulas de 2-3 años, decidimos incorporar el color verde por ser el color con el que es identificada la naturaleza, el medio ambiente. Los bebés a esta edad están en permanente conexión con el mundo exterior, el cual exploran de manera incansable.
Y como no podía ser de otra manera, las zonas comunes se tiñen de múltiples colores, es el mundo del color, de las mezclas, de lo colectivo, de la sociedad.
Porqué de los huecos redondos. Desde el punto de vista arquitectónico, el cerramiento del edificio admitía cualquier forma de hueco (cuadrado, corazón, triángulo…) como en los juegos de formas y contornos. Pero las formas debían simplificarse al máximo, sin perder la idea de que una gran celosía generara la envolvente del edificio. Además buscábamos una intensa relación entre tipo de perforación y usuario. El círculo posee infinidad de analogías (agujero, ojo, juego…) pero sobre todo carece de ángulos, sirve de mesa, de asiento, incluso de hamaca…
¿Y los ciudadanos? La guardería se ubica en el corazón de un barrio residencial con un alto porcentaje de población de la tercera edad. Así que ese ir y venir de familias que llevan a sus hijos a la guardería, contribuye al bienestar social y sin duda a mejorar el paso de las horas de los 365 días del año que el abuelo Juan pasa sentado en el poyete de su terraza.
La acogida del edificio ha sido afortunadamente buena, y curiosamente, la gente no opina que desentone, quizá porque los círculos de colores les recuerdan a las manchas de las macetas que cuelgan de las fachadas de sus patios.
