- Año: 2008
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Fotografías:Roland Halbe
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El antiguo Castillo de Moritzburg en la ciudad de Halle, es un muy valioso ejemplo de la arquitectura militar gótica característica en Alemania a final del siglo XV. Su conflictiva historia ha quedado inevitablemente reflejada en las muy diferentes intervenciones que a lo largo de los años lo han ido modificando. Pese a las numerosas alteraciones que tuvieron lugar, el edificio ha mantenido hasta hoy la estructura formal de sus principales elementos arquitectónicos originales: el muro-recinto perimetral, tres de la cuatro torres circulares en las esquinas, así como el patio de armas central.
El derrumbe parcial de las alas Norte y Oeste que se produjo el siglo XVII durante la Guerra de los Treinta Años, vinculó durante siglos el castillo a la imagen romántica de la ruina tal como ha llegado hasta nuestros días. Con la excepción de un proyecto no realizado de Karl Friedrich Schinkel en 1828, no ha sido hasta ahora cuando se ha planteado llevar a cabo una intervención integral que transforme y amplíe la antigua ruina para el Museo de Arte alojado allí desde 1904.
Una muy notable colección de arte moderno, -fundamentalmente del Expresionismo alemán- que incluye las obras que Lyonel Feininger pintó de la ciudad de Halle, se verá ahora ampliada con la donación Gerlinger, una de las más valiosas colecciones privadas dedicadas al grupo expresionista Die Brücke.
Nuestra propuesta de ampliación se basa en una única y clara idea arquitectónica. Se trata de una nueva cubierta, concebida como una gran plataforma plegada, que se alza y quiebra para permitir el paso de la luz natural, y de la cual colgarán los nuevos espacios expositivos. Como consecuencia de esta operación, se libera totalmente la planta de la antigua ruina, lo que permite un espacio único capaz de admitir distintas posibilidades expositivas. Esta solución se complementa con la construcción de dos nuevos núcleos de comunicación vertical. El primero de ellos, se ubica en el ala Norte resolviendo la conexión de los diferentes niveles que deben comunicarse entre sí. Por otra parte, una nueva torre contemporánea, de 25 metros de altura -situada en el lugar que en su día ocupó el bastión desaparecido- constituye un núcleo de acceso a los nuevos espacios expositivos que se asoma hacia las lejanas vistas de la ciudad.
El nuevo paisaje de cubiertas y torre metálicas dialoga en su geometría angulosa con la irregular volumetría de las elevadas cubiertas ya existentes en el castillo. Como aquellas inquietantes y expresivas formas pintadas por Feininger, que expone el Museo, los nuevos fragmentos se suman al continuo proceso de transformaciones que ha caracterizado la historia del Castillo de Moritzburg en el tiempo.