Arquitectos: Cor & Asociados Localización: Alicante, España. 38º 20’ 40.07” N 0º 29’ 01.12” W Superficie: 110 m2 Presupuesto: 91.050 € Fotografía: David Frutos
El Portal de Elche es desde hace siglos un lugar de encuentro muy concurrido en Alicante, situado en el cruce de la Rambla y la Explanada de España las dos calles más importantes de la ciudad.
Fue un espacio urbano surgido con ocasión del derribo de las murallas que atenazaban la ciudad. En este lugar, estuvo el Torreón de San Bartolomé y junto a él una puerta que tuvo varios nombres: Puerta de Murcia, Puerta de Orihuela y, finalmente, Portal de Elche. En la actualidad, es posiblemente, uno de los puntos más transitados dentro del centro de Alicante.
La propuesta de nuestro equipo fue crear una ‘ventana comercial y emocional’: un lugar desde donde mirar y ser mirado debajo de los enormes ficus del ‘portal’, donde se generase un vinculo emocional estable que hiciese al cliente volver.
‘Desde dentro se mira fuera’. Un interior antiguo herido por múltiples reformas, desde una taberna a una zapatería, pasando por mil comercios diferentes desde el s. XIX dejaron al descubierto un volumen quebrado.
Ante esta situación se propone la construcción de un ‘volumen interior controlado’ capaz de cambiar su iluminación, temperatura y sensación acústica. Construido con dos ‘u’ enfrentadas: una de madera industrial que se adecua al suelo, a la barra y a la bancada definiéndose hasta 1,8m de altura, y otra ‘u’ superior perforada donde se encuentran todas las instalaciones de climatización y sonido, totalmente blanca.
Estas ‘u’ son atravesadas de forma ingrávida por dos grandes cuerpos de luz regulable que bañan el local desde su centro, y que intentan enfatizar y definir el espacio interior, dejando percibir ‘una caja dentro de un local muy antiguo’
Un proyecto fenomenológico. Los estados de iluminación son muy importantes debido a la temporalidad y cambio de la oferta en función de la hora del día. Digamos que no es un local que cambia en función de la hora, sino más bien diferentes locales, donde se producen diferentes escenarios, casi como un decorado. La iluminación de suelo coge toda su potencia por la noche, disminuyendo su intensidad los bañadores de pared y las dos grandes lámparas, consiguiendo un local similar a los bistros de W.Allen. En cambio, por la mañana son las dos grandes lámparas las que cogen el protagonismo, definiendo nítidamente los límites espaciales, algo que recuerda a la fotografía de Slawomir Idziak.