Arquitectos: Josep Miàs | MiAS Arquitectes Ubicación: Barcelona, España Jefe de Obra: Adriana Porta Equipo: Silvia Brandi, Daniel Montes, Mario Blanco, Diego Herniques Consultoría Estructural: BOMA Arquitecto técnico: Carles Bou Superficie Construida: 7600 m2 Fotografías: MiAS Arquitectes, Adrià Goula
Recientemente el distrito nº22 en Poble Nou, Barcelona, ha experimentado múltiples transformaciones. Las manzanas diseñadas por Ildefonso Cerdá como parte de un nuevo entramado urbano para L’Eixample, fueron ocupadas inicialmente por industrias, talleres y uno que otro edificio residencial. Hoy en día la mayoría de aquellas estructuras han sido demolidas, excepto por aquellas que merecen conservarse debido a su singularidad. Sin embargo, el vacío entre los edificios históricos existentes ha sido rellenado por las nuevas áreas residenciales, hoteles, edificios de oficinas y equipamiento.
El edificio se sitúa entre tres calles: Pujades, Pamplona y Pere IV (ésta no corresponde a la ortogonalidad del plan urbano de Cerdá, pues se trata de un camino histórico mucho más antiguo). Ciertamente se trata de un sitio irregular marcado por la antigua parcelación obtenida del eje de Pere IV. Esta geometría permite al proyecto situarse en relación a los edificios históricos existentes. Estos son un edificio residencial por un lado de la manzana y por el otro lado un antiguo edificio industrial, construido en ladrillo y piedra, que enfrenta a la calle Pamplona.
El objetivo del proyecto es reconstruir las antiguas retículas de parcelación siguiendo la geometría obtenida de la calle Pere IV. Esta geometría irregular del terreno otorga la ventaja de poder recorrer el proyecto desde una calle a la otra. El edificio se organiza a si mismo con una óptima distancia entre los 3 edificios de oficinas resultantes, que van desde Calle Pujades a Pere IV. Las elevaciones muestran claramente como esta calle secundaria aparece entre las 3 estructuras, como si fueran pasajes, permitiendo el traspaso de la luz hacia el interior de las oficinas.
En consecuencia, la volumetría no mantiene un alineamiento constante. Presenta distintas secciones en relación al pasaje o calle-patio y en relación al edificio industrial existente en la calle Pamplona. El proyecto se presenta como un edificio fragmentado con vacíos verticales entre volúmenes. La espacialidad se rompe en un punto medio entre las calles principales, mientras un eje transversal general todos los accesos verticales con escaleras, ascensores o instalaciones verticales.
Bajo tierra, el edificio presenta 2 niveles de estacionamientos con acceso junto a la construcción industrial. El sistema estructural corresponde a un esqueleto de acero que presenta varios niveles de complejidad. El edificio se presenta como 6 entidades independientes unidas a través de un pasaje transversal, donde se ubican ascensores y escaleras. Las vigas principales van en dirección paralela a calle Pere IV, mientras la estructura secundaria sigue la dirección de los pasajes interiores. En consecuencia, ninguno de los encuentros entre los perfiles de acero es ortogonal.
Cada una de estas 6 entidades esta compuesta por multiples uniones con diagonales o cruces de acero, haciéndolas estables por sí mismas. El perímetro se compone de 3 fachadas principales: Una hacia la calle con 2 pilares poco convencionales, hechos con 4 gruesas capas de hierro; otra fachada más convencional con pilares intermedios; y, finalmente, una fachada hacía el paseo peatonal, donde la estructura cae de los pisos superiores para liberar el primer nivel para el uso peatonal. Finalmente, el edificio más alto posee en sus últimos 2 niveles un volumen trapezoidal en voladizo, como si tratara de cubrir al edificio vecino. Las diagonales de acero se utilizan para sostener la estructura y para reproducir una enorme viga de siete metros de alto por dieciséis metros de largo.
