Arquitectos: Tidy Arquitectos, Albert Tidy + Daniel Lazo – Arquitecto Asociado
Víctor Bustos, Valentina Marín, Cesar Osorio, Eduardo Tapia, Claudia Tidy, Nicolás Solís de Ovando, Tom De Soete, Roberto Jacob
José Miguel Biskupovic, Felipe Stolzenbach
Ubicación: Facultad de Ciencias Universidad Austral, Valdivia, Chile
ByB Ingenieria
Paulina Sir
Heuser Ltda.
Patricio Olivares
Pinedo y Cepeda
Capreva S.A.
Universidad Austral
2009-2011
Cristal, acero, hormigón prefabricado y tabiquería de madera
Fotografias: Tidy Arquitectos, Cristián San Martín
Un devastador incendio ocurrido el año 2006 destruyó completamente el edificio Emilio Pugín de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral en Valdivia. Junto con el edificio más grande e importante del Campus Isla Teja, se consumieron años de investigación, trabajos en curso y colecciones irrecuperables, dejando como testimonio mudo del desastre, la estoica estructura de hormigón que albergaba las instalaciones desde su levantamiento en 1972.
El año 2009 la Universidad decide llamar a un concurso nacional para recuperar el edificio conservando la estructura original, con el objeto de disminuir costos y la huella de carbono que generaría la demolición y re construcción de un edificio nuevo.
La estructura originalmente proyectada por el ingeniero Santiago Arias, resistió de pié el calor de las llamas, sin embargo debió ser reforzada por el ingeniero Pedro Bartolomé mediante encamisados del mismo material, a fin de asegurar su resistencia.
El proyecto ganador del concurso contemplaba, según exigencias de las bases, una serie de elementos de diseño destinados a la sustentabilidad del edificio, como cubiertas verdes caminables y doble fachadas ventiladas para el control térmico, las que fueron forzosamente eliminadas por razones presupuestarias, motivo por el cual el edificio debió ajustarse a un presupuesto espartano.
No obstante lo anterior la estructura remanente, además de ofrecer una lujosa altura interior de 4,5m (irrepetible en un edificio nuevo), se volvía permeable a un magnífico Jardín Botánico que antes ignoraba, por lo tanto se mantuvo la idea de potenciar la transparencia alcanzada tras el siniestro. La doble piel fue reemplazada por un muro cortina conformado por cristales termopaneles “low-e” con exclusas para generar ventilaciones cruzadas en verano y acumular calor en invierno.
El programa consistente en su mayoría de laboratorios y oficinas, se distribuye dejando a estas últimas en el perímetro del edificio, que goza de la luz natural y las vistas, mientras que los laboratorios, de naturaleza más hermética e introvertida, se ubican al centro de todas las plantas. Bajo esta estrategia, el interior se concibe como una serie de volúmenes contenedores que colonizan el espacio y liberan el cielo para el libre recorrido de redes e instalaciones particulares para este tipo de edificios.
Dado que el edificio se encuentra un nivel abajo del nivel de la calle, se optó por abrir el acceso a través de un nivel mesanina donde se concentra el programa público que se abre a la comunidad académica y estudiantil, conectándose por puentes programáticos y de circulación. El nivel bajo la cota de la calle es trabajado como basamento diferenciado del resto de la estructura con una expresión sólida en escorzo, lograda mediante celosías de hormigón prefabricado.
Mediante la perforación de un vacío central se conectan todos los niveles a través de una escultórica escalera helicoidal fabricada en base a planchas de acero de 10mm de espesor.
La antigua torre lateral de servicio, mantiene su función original de baños y circulaciones, pero su fachada es unificada mediante una camisa de acero plegado perforado, que le otorga una expresión monolítica que contrasta con el trabajo del muro cortina.
Las obras serán finalizadas durante el segundo semestre del 2011.