El Complejo Olímpico para Harbin como sede de las Olimpiadas de Invierno de 2022, el SuperStadium, diseñado por Alan Lu, busca integrar la multitud de las arenas olímpicas y las aldeas en una entidad continua. Consecuentemente, este diseño permite una transición imperceptible entre programas y eventos.
Con las cargas económicas de ser sede de los juegos olímpicos como una problemática central en la economía local y global, la propuesta busca inyectar el modelo actual de arenas deportivas con una iniciativa social y cultural. Por esto, el edificio en sí mismo se convierto en una serie de capas tipológicas, con el nivel de suelo con un programa en forma de paisaje cultural con bibliotecas, museos, centros de convención, y salas de exposición. La capa superior es el nivel principal de deportes con cuatro grandes arenas multi uso, y a medida que las capas suben los niveles se convierten en un paseo público que se entreteje a través de las líneas del paisaje con las tiendas y cafés.
Las capas están conectadas visualmente a través de un cambio en sección que permite a los usuarios mirar los eventos deportivos desde los otros programas y viceversa. El efecto final es uno de los espacios especializado que resiste el impulso de espacio sin programa a quedar en desuso, aunque sigue informándose entre sí espacial y visualmente. La villa olímpica en sí misma es transformada en una torre vertical, adaptada para os atletas durante los juegos, pero fácilmente convertida a un estado original una vez que los juegos terminen.