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Arquitectos: Estudio Borrachia, GB Arquitectos
- Área: 31 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Luis Barandiaran
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Los módulos “Labt-20” son parte de un sistema de ejecución en serie y fabricación en taller, que puede modificarse y adaptarse a diferentes climas y a las necesidades del usuario con solo alterar su tamaño y algunas características particulares sumando comodidades y servicios; Intentan ser edificios compactos, de poca superficie cubierta, versátiles y superadores de la idea tan en boga del “Glamping” al proponer bastante mas que un simple refugio; desde un pequeño habitáculo para implantar en paisajes extremos; como la ladera de una montaña, un bosque, el borde de un lago o un rio, etc, hasta una casa o un complejo turístico que se alimenta de estas piezas de arquitectura y se completa con la infraestructura necesaria, logrando interacciones equilibradas con la naturaleza, la flora y la fauna, y entendiendo a la arquitectura, a sus habitantes y a todo aquello que los rodea como parte de un organismo continuo y mancomunado.
Se suman a los módulos toda una serie de sistemas cuyo fin es lograr una mínima huella en el paisaje; como por ejemplo las bases, que se instalan en pocas horas, y permiten ser removidas en el mismo tiempo, logrando que la intervención en el territorio sea respetuosa e incluso efímera; O los “ganchos” de izaje, pensados como parte de la arquitectura y que quedan para siempre vinculados con el edificio en caso de tener que volver a trasladarlo.
Dentro de este catálogo de partes también existen elementos de interacción con el sitio, tales como muelles, decks, pasarelas y rampas, intentando limitar la intervención a unos pocos metros cuadrados alrededor del módulo para después preservar el paisaje intacto o incluso generar un nuevo paisaje sobre el edificio con la terraza verde.
Esta noción que en principio puede parecer contradictoria, una fusión con el paisaje y la idea del nomadismo como principio, tiene todo que ver con la manera de habitar de nuestros pueblos originarios; un sistema que se adecúa al sitio, con elementos provenientes del propio paisaje circundante, pero que permite además ser removido y trasladado como parte de una cultura que busca las mejores locaciones para generar hábitats temporarios alterando de forma mínima el lugar de intervención.
El estudio pormenorizado que se realiza sobre el ecosistema a intervenir y la adaptación de la pieza a las condiciones particulares de este se trasladan rápidamente a la lógica de fabricación buscando acercar “el taller” a los distintos puntos en donde serán emplazados los módulos para generar redes locales que nos permitan nutrirnos, no solo de los materiales de la zona, sino también de la mano de obra, organizando capacitaciones y nuevos puestos de trabajo y fortaleciendo con esto a pequeñas economías regionales.
Estas ideas relacionadas con la economía circular buscan en la prefabricación, en la utilización de materiales como la madera o sistemas constructivos livianos, autoportantes y súper aislados como los paneles SIP y en la relación optimizada con el clima, el asoleamiento y las ventilaciones, condiciones que permitan hacer mas eficientes los recursos utilizados, tanto en la fabricación como en el uso posterior.
Criterios de funcionamiento pasivos básicos como la ventilación cruzada, el efecto “chimenea” o la cubierta verde pretenden completar estas premisas según las estaciones y la interacción con el clima; en verano, en cada uno de los espacios y al abrir las carpinterías, se genera una aceleración del aire que ingresa, logrando con la apertura de las lucarnas de la cubierta, que el aire caliente alojado en el interior sea impulsado hacia el exterior, renovando continuamente el clima del edificio, y bajando la temperatura.
En invierno, las aislaciones en cada una de las caras, las cámaras de aire y los materiales de las carpinterías, han sido estudiados para que una minima calefacción, como por ejemplo la que genera una salamandra a leña, alcance para abastecer de calor a todo el interior
Estos módulos se completan con paneles fotovoltaicos, sistemas de refrigeración y calefacción por geotermia, termos solares y toda una serie de artefactos que optimizan el consumo y permiten, en situaciones extremas, su total desconexión de las redes de infraestructura.
El Labt-20 que aquí se describe se instala en la ciudad de City Bell, en La Plata provincia de Buenos Aires, en un entorno paisajístico típico de la pampa húmeda, rodeado de cultivos y masas arbóreas, corresponde al modelo de 10.5 metros de largo y 31.5m2 de superficie y funciona como una vivienda permanente, para una o dos personas, que se suma a las instalaciones de una gran casa en el otro extremo del terreno conviviendo de alguna manera con la pileta, el quincho y un lavadero como áreas comunes, al mismo tiempo que logra total privacidad al instalarse cerca de un pequeño bosque y a unos 100 metros del conjunto existente.
Cuenta con un espacio para estar y comer que ademas permite sumar uno o dos muebles transformables en cama para agregar plazas y una cocina que se plantea como el único elemento fijo en la distribución del espacio y conforma, conjuntamente con el baño, el area húmeda del módulo. En el extremo opuesto al estar se encuentra el dormitorio, que se aísla del resto de los de los espacios a través del accionamiento de una serie de paneles corredizos que logran además integrarlo de manera privada con el baño.
En el exterior y por intermedio de una escalera marinera en uno de sus laterales, se accede a la cubierta verde y al mirador completando asi la totalidad de los espacios de uso.
Se suman al programa, como parte de los sistemas anexos ya pensados para los Labt 20, la rampa de acceso y un deck exterior que se asocia con el gran ventanal de frente y que funciona a manera de patio organizando el mobiliario al aire libre y permitiendo llegar a la escalera que lleva a la terraza sin tener ningún contacto con el suelo logrando una especie de continuo funcional entre todos los espacios de uso.