Como parte del programa expositivo del Museo Experimental El Eco, se lanzó la convocatoria para el Pabellón Eco 2023 en donde profesionales involucrados en la práctica arquitectónica en México puedan dialogar con el espacio del museo. Con esta edición se cumplen 13 años del Pabellón Eco, un concurso que se inició en alianza con Buró-Buró con la misión de ofrecer una plataforma para la producción arquitectónica con énfasis en la experimentación y la reflexión espacial. El proyecto ganador corresponde al equipo conformado por OCIO taller + Bianchi Majer + Nicolás Guzmán + Angélica M. Pena + Andrés Lira.
Texto enviado por el equipo de diseño. El cuenco es un observatorio ambiental, un dispositivo abierto expuesto al flujo meteorológico de la Ciudad de México y a la atmósfera específica del patio del museo El Eco. Cada elemento dispuesto transmite y articula el ritmo natural de El Eco. La máquina entra en cadencia con éste: el juego de opuestos, el algodón y su desgaste, causa-efecto del agua de lluvia y el sol en su danza periódica de evaporación y precipitación; la tela se satura, escurre y reinicia su viaje vertical. En el momento justo que se vence el punto de resistencia de los contrapesos y se liberan de la atracción vertical, el plato cede ante el abrazo de ésta misma, el espacio se contrae y se dibuja una frontera circular en el patio. Al suspenderse de nuevo la atmósfera del patio se dilata, se eclipsa el patio a través de la sombra mientras los contrapesos ganan la eterna batalla perdida contra la gravedad.
Se viste el patio de un sentido temporal perceptible y cinético a través de la construcción de una sombra flotante que propone a la indeterminación como experiencia temporal y espacial. El cuenco se debate en la búsqueda del equilibrio entre la Tierra que lo atrae en respuesta de su masa y la tensión que lo sostiene levitativo, falsamente inerte. Este equilibrio está sujeto a variantes biológicas, atmosféricas, los pesos dispuestos y la suma de sus fuerzas opositoras: un cúmulo de circunstancias extrínsecas e intrínsecas entretejidas en una red de eventos interdependientes que encuentran su foco en el textil. Este umbral del suceso es un modelo de sincronía, un intervalo que se dibuja durante el transcurso de los días mientras se mueve por el espacio a través de sus partes indisolubles unidas a sus movimientos simultáneos. Lo predictivo se compone de la separación, el tránsito y la reincorporación de la máquina, el patio como un matraz experimental, mutación que habita el reino de la posibilidad.
La influencia mágica de la fuerza gravitacional dicta la pauta de la sombra durante el día: en el momento justo que se vence el punto de resistencia de los contrapesos y se liberan de la atracción vertical, el plato cede ante el abrazo de ésta misma, el espacio se contrae y se dibuja una frontera circular que hay que rodear para atravesar de un lado al otro el patio. Al suspenderse de nuevo la atmósfera del patio se dilata, se eclipsa el patio a través de la sombra mientras los contrapesos ganan la eterna batalla perdida contra la gravedad. Este umbral del suceso es un modelo de sincronía, un intervalo que se dibuja durante el transcurso de los días mientras se mueve por el espacio a través de sus partes indisolubles unidas a sus movimientos simultáneos. Lo predictivo se compone de la separación, el tránsito y la reincorporación de la máquina, el patio como un matraz experimental, mutación que habita el reino de la posibilidad.
La tierra, las hojas, la temperatura bajo la sombra, la polución en el agua y aire, la degradación química y física de la tela producto del sol, la humedad, la interacción de las aves junto con otras especies biológicas que puedan relacionarse o desarrollarse en el textil, el viento: su fuerza y frecuencia, la configuración formal del dispositivo y del patio mismo, representan una fracción de los elementos conformantes de este rizoma de acontecimientos, algunos producto de una historia evolutiva independiente del antropoceno y otros plenamente obra humana. Al final cada manifestación depende de un entorno que se auto condiciona, responde a lo inmediato y paralelamente es consecuencia de procesos de millones de años, en resumen una ventana hacia una compacta porción del aglomerado temporal que estructura el espacio fisonómico que ocupa el Museo Experimental El Eco.
Proyecto // Arquitectura: OCIO (Jorge Andreas Hernández Aymes, Martín Gutiérrez Córdoba y Sergio Alcocer Lira) / Arte: Nicolás Guzmán / Paisaje: Bianchi Majer / Filosofía: Angélica Pena / Biología: Andrés Lira Equipo de diseño // Andrés Quiroz, Daniel Corona, Juan Clavel y José Miguel Ortiz Proyecto ejecutivo // OCIO Ingeniería estructural // LabGMx (Eric Valdés) Otros consultores // Martín Gutierrez Guzmán y Ernesto Zamudio Contratista // Fernando Casares
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