A pesar de que los experimentos y observaciones de Isaac Newton llevaron al desarrollo de la rueda de colores durante el siglo XVII, su revolución en la comprensión y aplicación de los colores sigue influyendo en la creación de proyectos de arquitectura y diseño. Al organizar los colores en un formato circular, Newton mapeó el espectro de colores para crear la primera rueda de colores. Como representación visual de cómo los colores se relacionan entre sí, ha sido una herramienta fundamental para que artistas, arquitectos y diseñadores comprendan las relaciones entre colores y, por lo tanto, creen paletas atractivas para cada espacio. Más allá de simplemente "ver" combinaciones de colores, aplicar la teoría del color basada en las relaciones geométricas en la rueda de colores ayuda a los diseñadores a determinar qué colores son adecuados juntos. El color tiene la capacidad de jugar con la percepción espacial, crear una sensación de atmósfera y provocar respuestas emocionales, lo que lo hace esencial para el diseño.
Al explorar las múltiples posibilidades de la rueda de colores, creamos una guía para mejorar el diseño arquitectónico a través de tres combinaciones de colores: monocromáticas, análogas y complementarias.
Monocromo: utilización de matices y tonos derivados de un único color
Además de distinguir los colores primarios, secundarios y terciarios y cómo se crean, la teoría del color también involucra la oscuridad o claridad del color. En las paletas monocromáticas, un solo color puede tener diferentes grados de blanco o negro, creando variaciones en sus tonos, tintes y sombras. En este sentido, las combinaciones de colores monocromáticas son aquellas que se definen por un color base y dominante del cual todos los derivados -ajustando el brillo y la saturación- completan la paleta de colores.
Tanto en espacios interiores como exteriores, este enfoque tiene como objetivo lograr un efecto visual cohesivo que crea un atractivo estético unificado. Aunque se basa en un solo color, estos diseños pueden incorporar colores neutros o de acento para agregar variedad y equilibrio, manteniendo al mismo tiempo un aspecto monocromático general. Además, la iluminación y las opciones de material complementan estos esquemas al mejorar la variedad de tonos y agregar diferentes acabados, texturas y patrones al espacio.
Además de resaltar la forma y textura de un edificio, los esquemas de color monocromático son una gran estrategia para hacer que los espacios más pequeños parezcan más grandes y espaciosos. Al usar tonos de un solo color, se crea un efecto visual que utiliza la simplicidad y la continuidad para agregar profundidad al espacio, dando la impresión de un área más amplia y abierta.
Mejora de un entorno verde utilizando materiales rojo oscuro con tintes
Equilibrando bloques abiertos grises dominantes con elementos complementarios
Zonas residenciales comunes limpias y mínimas
Explorando tonos verdes para un vibrante jardín en la azotea
Armonizando ladrillos de color rosa con paredes de concreto
Interior azul Lapis Lazuli total
Casa completamente blanca para espacios tranquilos e iluminados
Análogos: relacionar colores cercanos
Las combinaciones de colores análogas se conocen por incorporar colores que están uno al lado del otro en la rueda de colores, a menudo vistos en la naturaleza. Al igual que las paletas de colores de los paisajes naturales, que están compuestas de tonos similares, estos esquemas suelen integrar tres a cinco colores adyacentes. Comenzando con un color dominante, continúa identificando un color adyacente, seguido de uno o más colores para establecer acentos en el espacio. Como su nombre sugiere, análogas se refiere a tener una analogía o correspondencia con algo en particular, en este caso, con sus colores contiguos.
Dentro de la creación de un esquema de color análogo, incorporar tonos y matices variados de los colores elegidos es clave para agregar profundidad y crear diseños dinámicos. Los tonos de negro, blanco y gris también pueden estar presentes para complementar los roles de los colores análogos. Aunque todavía ofrecen una variedad de tonos, los esquemas de color análogos tienen como objetivo un estilo equilibrado que permite una sensación de unidad y armonía visual.
Tonos cálidos para pabellones exteriores
Armonizando materiales y texturas en colores adyacentes
Tonos salmón, rosa suave y rubí
Tonos animados para entornos infantiles
Tonos brillantes para teatros y espacios de actuación
Complementarios: colores contrastados para espacios dinámicos y llenos de energía
Cuando se decide qué colores son los más adecuados para emparejar entre sí, elegir ubicaciones opuestas en la rueda de colores es una decisión llamativa. Dentro de estos colores opuestos, los esquemas de colores complementarios crean combinaciones de alto contraste, típicamente involucrando colores cálidos y fríos. Ejemplos de pares complementarios incluyen el rojo y verde, amarillo y morado, así como el naranja y azul.
Dependiendo de la proporción de estos colores, estos esquemas pueden tener diferentes efectos. Pueden ser utilizados en proporciones iguales o divididos en un color dominante con un color de acento. Aunque el concepto básico gira en torno a dos colores, estos esquemas pueden expandirse agregando tonos con diferentes saturaciones e intensidades.
Al jugar con el contraste y el equilibrio, el uso de colores complementarios permite crear realces que llaman la atención sobre zonas concretas o detalles arquitectónicos. La arquitectura también tiene el poder de integrar un enfoque material, lo que permite utilizar no solo colores lisos, sino también distintos materiales en estas tonalidades para enriquecer las texturas del espacio.
Texturas aterciopeladas y brillantes en colores complementarios
Estructura de acero de color rojo que contrasta con paredes de un azul vibrante
Utilizar técnicas de iluminación para realzar el contraste de colores
A colorful cinema for an immersive experience
Un cine de colores para una experiencia envolvente
Salmón y azul claro para evocar vibraciones distintivas
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