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Arquitectos: Mombá Arquitetura
- Área: 660 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Guilherme Pucci
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Casa FF, situada frente al Parque de Ibirapuera, es una típica casa de los años sesenta, estructuralmente bien conservada, pero con algunas intervenciones puntuales que se han producido a lo largo del tiempo.
El proyecto se centró más en las zonas exteriores y su conexión con la casa. A partir de estructuras preexistentes, el proyecto crea nuevos entornos para nuevas dinámicas familiares, da vida a zonas infrautilizadas y unifica el lenguaje de la casa, el jardín y el anexo.
El anexo, antes utilizado como zona de almacenamiento, alberga ahora la habitación de los niños, la zona gourmet, un pequeño despacho y un aseo. El volumen de la dependencia se revistió con listones de madera, que camuflan las entradas, hacen de cubierta, otorgan intimidad cuando es necesario y, por supuesto, unifican el lenguaje de la vivienda.
La zona gourmet, además de su valor funcional, está concebida como el escenario principal de la casa en los días de verano, un lugar donde la familia se reúne, cocina junta, hace barbacoas y recibe a los amigos. A partir de un gran vano y un techo de estructura metálica y madera, las zonas gourmet y exterior se conectan de tal forma que resulta difícil distinguir cuándo empieza o acaba una. Nuevos acabados, mobiliario y muchas plantas hacen el espacio aún más acogedor y flexible para diversas actividades sociales.
Los listones de madera camuflan la entrada y la ventana del aseo. Junto a ellas, diseñamos un panel verde, que oculta la escalera y aporta aún más bienestar, alegría y vida a la casa.
El nuevo salón conecta el jardín y el comedor. Es un espacio para recibir, para sentarse y para relajarse o contemplar. El suelo exterior invade el salón y sobre él se ubican algunas alfombras. La pérgola se acerca al volumen de la casa y se convierte en el revestimiento de madera, que a su vez baja por la pared y aporta más confort, colores e integración al espacio. La puerta de hierro y madera ecológica permite la apertura total de la zona, generando mayor conexión con el jardín y mayor entrada de luz. Cuando están cerradas, además de seguridad, las puertas ofrecen intimidad y sombra.