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Arquitectos: masafumiharigaiarchitecture
- Área: 190 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Masao Nishikawa
Punto fijo oscilante - ¿Es posible pensar la arquitectura desde la perspectiva de una estructura en la que las sensaciones corporales son el factor determinante? En esta arquitectura, empezamos pensando por separado en la estructura portante horizontal y en el contorno del edificio, sin hacer de la optimización de la forma precedente una propuesta de la estructura. Al final, creamos una estructura en la que un fino marco rectangular que define la zona habitable rodea una estructura poligonal en forma de espina dorsal en el centro del espacio. Ambas actúan como si tuvieran intenciones separadas, pero al mismo tiempo se influyen mutuamente.
Después, una vez decididas la posición y la sección de los miembros, queda espacio para confiar en las sensaciones físicas para tomar decisiones dentro del ámbito de las reglas que garantizan la racionalidad mecánica. El proyecto avanza mientras la estructura, que debería ser un punto fijo, oscila. Por ejemplo, si la distancia entre los pilares se amplía un poco más, será más cómodo, y si el ángulo de las vigas es un poco más profundo, el espacio parecerá más conectado.
Este proyecto es una casa para una familia de seis personas, construida en una zona residencial que no está en el centro de la ciudad ni en los suburbios. Con el fin de crear un lugar protegido para la familia en un paisaje hermoso y un entorno sin vínculos con el vecindario, organizamos una distribución tipo patio con pequeños volúmenes interconectados. Una familia es un conjunto de individuos con fuertes vínculos, pero independientes entre sí.
Imaginamos un espacio donde las distancias íntimas y personales existen al mismo tiempo, respetando estas relaciones entre individuos y percibiendo las señales y acciones de los demás. Los pilares y vigas continuos son el "todo" que compone el polígono circular cerrado, pero también son las "partes" que crean el espacio. Inconscientemente, se convierten en telones de fondo que dividen ligeramente el espacio de nuestras vidas, y si dirigimos nuestra atención hacia ellos, se convierten en un lugar de refugio y acogida.
Es más, incluso en un espacio conectado con otro transitable, se producen diversas apariciones y desapariciones debido a la dispersión de los pilares. La complejidad del área de percepción permite que cada miembro de la familia experimente distintos momentos al mismo tiempo. La casa es capaz de acoger acontecimientos diversos.
Si suponemos que la racionalidad en la arquitectura moderna ha aportado un orden mecánico y estático, creemos que las formas espaciales en las que las sensaciones corporales pueden intervenir como determinantes están dotadas de un orden humano y dinámico. ¿Es esto posible? Este punto fijo oscilante deshace nuestras ideas fijas y conecta sutilmente a las personas entre sí, a las personas con las cosas y a las personas con los acontecimientos.