La oficina con sede en Ciudad de México LOCUS, en colaboración con Studio Météores y Philippe Rahm Architectes, ha obtenido el cuarto lugar en el concurso internacional de una sola etapa para la renovación del Museo Nacional de Cartago por su proyecto titulado “Birsa, Topografías de un acto de reparación”. El Ministerio de Asuntos Culturales de la República Tunecina anunció los resultados del concurso organizado por la UIA, la OAT, la UNESCO, Expertise France y Patrimonie 3000.
El proyecto propone una serie de estrategias que responden sensiblemente al contexto desde sus ocupaciones históricas, su geografía y clima como un ecosistema conjunto, hasta su contemporaneidad y sus implicaciones sociopolíticas. La propuesta arquitectónica apuesta por la utilización de la tierra como material de construcción, a través de un sistema estructural progresivo que genera geometrías ligeras que ponen en valor las preexistencias y potencian el paisaje natural.
Partir de la escasez como posicionamiento ideológico supone generar procesos y narrativas que reivindican las condiciones del sur global y subvierten las preconcepciones sobre el deber ser arquitectónico, abriendo paso al desarrollo de soluciones creativas que reconocen su territorio y sus recursos. Desde esta perspectiva, la colina de Birsa y la diversidad de sus capas se reconfiguran con una nueva sintaxis que posibilita una reapropiación natural y cultural.
La arquitectura propuesta para el museo se propone construir exclusivamente con ladrillo de tierra. Al abrazar una técnica de construcción ancestral y atemporal, este material, gracias a sus propiedades estructurales y térmicas, busca establecer un sistema constructivo gradual que se produce localmente, minimizando su impacto en el entorno y permitiendo su reintegración natural en la colina una vez que termine su vida útil.
El reconocimiento de la colina de Byrsa como territorio estratégico en términos medioambientales es un punto clave del proyecto. La colina, cubierta en su mayor parte de bosque mediterráneo, regula el clima y actúa como centro de oxigenación de la ciudad. Mediante la integración de patios, plazas e islas verdes, el proyecto potencia este microecosistema y pretende asegurarlo como bastión para resistir la crisis climática.
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