Chiloé como punto de partida. Desde allí sus fenómenos translocales, principalmente movilizados por vía marítima, fueron el inicio para que el cono sur patagónico, tanto zona chilena como argentina, fuese un territorio esculpido en tiempos coloniales por la mano chilota. Un pueblo híbrido, de origen indígena y europeo, que desde su condición de aislamiento, tanto geográfico como político-administrativo, tuvo que valerse desde la autoconstrucción de sus poblados, la siembra y recolección de sus alimentos y la confección de sus vestidos, todo esto desde la disponibilidad de los recursos archipelágicos. Así es como se fue concibiendo el incuestionable ingenio chilote, un perfil muy apetecido para aquellos territorios que en el período colonial se estaban gestando a merced del estado chileno, por lo cual, no es difícil reconocer la mano creativa del chilote en la arquitectura de los poblados más australes.
A días de la celebrada conmemoración de la toma de posesión de Magallanes por parte de la Goleta Ancud un 21 de septiembre en el año 1843, se destaca la hazaña y el aporte de la población chilota en la configuración inicial de los cimientos del territorio magallánico. Sin embargo, la comunidad chilota ha sido durante la historia un sujeto de segunda clase frente a la presencia de inmigrantes europeos, los verdaderos pioneros, representación que aún perdura en los discursos oficiales y colectivos de la región. Esta invisibilización del aporte de la comunidad chilota en la formación y desarrollo de Magallanes en los relatos e investigaciones, también ha repercutido en la construcción de conocimiento en torno a la arquitectura regional, deuda histórica y epistemológica que no ha permitido procesos de patrimonialización de los saberes y haceres vinculados a un oficio donde el manejo de la madera fue crucial para habitar este territorio con características extremas.
La arquitectura del período colonial (1800-1930) nos atestigua tipologías constructivas, tendencias estéticas y panoramas económicos que, de cierta manera, son la arqueología del emplazamiento de un grupo humano, del ingenio en la adaptación a la nueva condición territorial y sus recursos existentes, lo que algunos llaman arquitectura vernácula.
Si bien, en los últimos tiempos se han hecho importantes contribuciones en esta materia y ha ido en alza el interés en torno a la investigación, teorización y reconstrucción histórica de la arquitectura colonial, aún estamos al debe con la historia de la construcción en Chile. Por otra parte, en el caso de Chiloé, hay un especial interés en el entorno de la arquitectura patrimonial en madera, donde se han llevado importantes catastros, levantamientos, estudios tipológicos, talleres académicos, tesis de grado y post grado, como parte de un reconocimiento y valoración a nivel nacional e internacional que extrañamente aún no visualizamos en la región de Magallanes.
Es a partir del interés de esta arqueología del habitar, en conjunto con la problematización de la falta (re)conocimiento del aporte chilote en la arquitectura Magallánica, es que nace ENSAMBLE, nuestro proyecto de investigación (realizado por la arquitecta Magíster en Territorio y Paisaje Valentina Cárdenas Espinoza y la antropóloga Magíster en Ciencias Sociales, Silvana Arteche Sepúlveda) que busca reconocer, visibilizar y legitimar el aporte de los inmigrantes de origen chilote en la arquitectura patrimonial en madera de la región de Magallanes y la Antártica Chilena durante la primera mitad del siglo XX.
El vínculo transdisciplinario entre arquitectura y antropología, permitió trabajar desde la evocación de la memoria donde la búsqueda de casos movilizó al equipo a las comunas de Punta Arenas, Natales y Porvenir (Isla de Tierra del Fuego). El proceso metodológico se enfocó en la recuperación de historias de vida de antiguos carpinteros y constructores a través del recuerdo de sus familiares y conocidos, extractos testimoniales que dieron cuenta de los orígenes, época de llegada a Magallanes, inicios en el oficio, reconocimiento de sus construcciones y pinceladas de la vida familiar y social de los carpinteros en el nuevo territorio elegido, logrando el registro de más de 90 nombres. Tal es el caso de Diego Cárdenas Ojeda carpintero, contratista y proyectista de Punta Arenas originario de Tenaún, Pedro Mancilla Saldivia, tejuelero de hojalata de Natales originario de Queilen y Francisco Manquemilla Ovando, carpintero y proyectista de Porvenir originario de Quellón.
En el proceso de estas entrevistas se fue recolectando un importante número de archivos históricos e inéditos, como fotografías de estos antiguos constructores, viviendas y edificaciones en sus procesos constructivos, planimetrías, cédulas de identidad, permisos de edificación, ingresos, boletas de compra de madera en aserraderos, entre otros.
También se realizó un registro fotográfico, tanto de aquellas viviendas construidas por los casos estudiados que son reconocidas por los familiares, como de aquellas viviendas que exponen elementos interesantes en las tipologías arquitectónicas. Desde lo estético y ornamental a nivel de fachada, soluciones estructurales y configuración programática en la arquitectura. El estudio comparativo de la arquitectura chilota y el trabajo de observación sistemático de los barrios fundacionales de Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir fueron entregando indicios de posibles construcciones que fueron proyectadas y levantadas por inmigrantes chilotes.
Algunas de las formas constructivas que reconocemos como posibles influencias chilotas son la incorporación de miradores, los soberados, las ventanas cuadradas giradas a cuarenta y cinco grados (ventana sopaipilla), los recortes de madera en los aleros, sistemas constructivos de plataforma, el primer piso retranqueado, ensambles y empalmes, entre otros.
Finalmente, a partir del reconocimiento del chilote como formador y constructor de los poblados de Magallanes, es que su visibilización como sujeto histórico en el trabajo de investigación se dio cuenta de la existencia de gremios, sociedades y sindicatos de carpinteros y constructores del periodo estudiado, legitimando su agencia y el rol político en una etapa de movilización sindical obrera en Magallanes como de la Patagonia Argentina.
Este proyecto, que comenzó en el año 2022 como una investigación en el contexto de un FONDART 2022 de Culturas Regionales, actualmente se encuentra realizando un FONDART 2023 de Difusión para la creación de un documental audiovisual que plasmará esta mirada desde los territorios de Magallanes y Chiloé. Para ello, por medio de la colaboración de la productora audiovisual regional Matoco films del audiovisual Nicolás Fernández Salinas y en el sonido Eduardo Velásquez Álvarez, se podrá visualizar parte del gran material de archivo recolectado en las tres comunas y así, conocer a los antiguos carpinteros, constructores y proyectistas reconociendo sus nombres, firmas, planos y obras.
A principios de este año se presentó la investigación en las ciudades de Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir. Ya para el año 2024 a mediados de abril se hará un lanzamiento simultáneo en Magallanes y Chiloé del documental audiovisual a través del canal regional ITV y el canal de Chiloé Castro TV.
La revisión bibliográfica convocó el diálogo con distintos especialistas del área de la arquitectura e historia tanto regional como chilota, quienes fueron aportando sus reflexiones en torno a la importancia de develar aquello que se cree al debe. Algunos de los investigadores de Magallanes se encuentra el historiador y académico Alberto Harambour R., el cientista político, sociólogo e investigador histórico Manuel Rodríguez, el escritor e investigador histórico Víctor Hernández, el arquitecto que ha hecho trabajos de recuperación de viviendas patrimoniales Dante Baeriswyl y el Centro de Estudios Históricos de Última Esperanza presidido por Nelson Álvarez. Por otro lado algunos de los expertos/as de Chiloé son, el historiador y director del Museo de Castro y experto en la construcción histórica de la migración chilota en la Patagonia Felipe Montiel, la arquitecta y restauradora de iglesias Macarena Almonacid, el arquitecto premio nacional Edward Rojas y la arquitecta experta en patrimonio Olivia Medina, a los cuales agradecemos su disposición y colaboración.
Conoce más en ensamble_patagonia