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Arquitectos: EZ Studio
- Área: 100 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Ali Gorjian
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Proveedores: Farrokhan Brick Factory, KELAR, Khorshid Shab-Karimi, Tiling Roohani
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El hecho de no construir es capaz a veces de crear una atmósfera única, diferente de cualquier edificio. En el proyecto que nos ocupa, este elemento invisible es la interfaz entre los distintos espacios que cobran sentido juntos. Un camino que estimula la mente a moverse para que el hombre encuentre vida en este espacio. Un vacío complementario que define exterior e interior, paseo y quietud, rincones íntimos de luz y sombra que crean un microuniverso encantador en unidad con toda la arquitectura.
Pero la casa como contenedor no sólo aporta a sus habitantes el confort deseado, fruto de la interacción con el clima y la cultura, sino que también crea el concepto de vecindad en asociación con otras entidades. Del mismo modo, la calle es un concepto que define la sinergia entre estas interacciones. Si una casa es un hogar, puede ser un puente entre el estilo de vida urbano del interior y el encanto rural del exterior. Así se construyó esta casa. Sin pretender ser una simple vivienda. Nuestro objetivo era crear un hogar que contuviera tanto la comodidad de la vida urbana en el interior como la sencillez de un aspecto rural en el exterior.
El camino de nuestra historia era la casa. Un flâneur que deambula por el bambú, generando una curiosidad que le lleva a descubrir lugares íntimos e inesperados. Un lugar que observa el brillo del cielo azul, así como la silenciosa intimidad de los espacios privados. Por su propia naturaleza, la tierra es uno de los mejores materiales de construcción sostenible, ya que históricamente ha sido el más utilizado por el hombre. Es un producto disponible de forma natural con una gran masa térmica. No está racionada ni monopolizada y es ignífuga e insonorizante. Por estas razones, elegimos un único material para la construcción de la casa: la tierra compactada.
En primer lugar, se creó un terreno para albergar el agua, y la casa se creó compactando la tierra resultante de excavar el suelo. La tierra acumulada se granulaba, se procesaba, se vertía en capas en grandes moldes de madera y se compactaba a mano. Cada día se construía una sección del muro hasta que llegaba el momento de abrir los moldes y dejar que la estructura respirara y el mortero se secara. Este método de construcción era una experiencia pura que se materializaba a la sombra de los conocimientos adquiridos de los experimentados nativos que llevan años conviviendo con la tierra y están familiarizados con su temperamento y rebeldía.
Esta casa de tierra, de bajo consumo energético y bajo costo de construcción, se fue moldeando poco a poco para mantenerse firme en su lugar, permanecer durante años en el corazón de su ciudad natal y, finalmente, descansar en los brazos de la naturaleza sin contaminar el medio ambiente.