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Arquitectos: Archetonic
- Área: 31800 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Rafael Gamo
Descripción enviada por el equipo del proyecto. AMIRÁ se ubica en lo alto de un cerro, sobre la ciudad de Querétaro, lo que dota al edificio de unas vistas privilegiadas de su entorno. Esta relación y la reciprocidad entre la arquitectura y la ciudad fue fundamental en nuestro proceso de diseño
La ubicación estratégica considera su cercanía a centros educativos y de salud, hoteles, conjuntos habitacionales horizontales y verticales, así como terrenos para futuros desarrollos de gran potencial para la zona.
El proyecto cuenta con 126 viviendas organizadas en bloques superpuestos y desplazados de geometría regular, con lo cual cada unidad de vivienda recibe iluminación y ventilación natural. La configuración y volumen del proyecto permiten que todas las unidades y la mayoría de las amenidades tengan vistas libres a la ciudad. Cada tipología se resuelve con una intensa relación hacia el exterior a través de terrazas y vidrio de lado a lado.
La geometría regular de los bloques de vivienda es atravesada por cuerpos de geometría más angular, porosa y permeable que contienen las áreas comunes, denotando con este gesto los diferentes usos y dinámicas del programa. Estos espacios de convivencia para la comunidad del edificio se proyectan hacia el vacío en voladizo, semiabiertos, buscando dotar a los usuarios con espacios de calidad. Nuestra arquitectura protesta y reflexiona sobre cómo los proyectos habitacionales resuelven tipologías de convivencia en nuestro país.
La fachada posterior se constituye principalmente para resolver las circulaciones verticales y horizontales y hace frente a la plaza de acceso mientras que la fachada principal presenta una transparencia que mira a la ciudad para contemplar sus afortunadas vistas con terrazas prolongadas que generan sombra y mitigan la ganancia de temperatura en el interior, a propósito de su orientación poniente.
Dos tonalidades distintas de concreto aparente configuran la materialidad de la fachada que con la caída del sol adopta los tonos ocres y terrosos del entorno del edificio.