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Arquitectos: MACh Arquitetos, Rizoma Arquitetura
- Área: 2023 m²
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Fotografías:Leonardo Finotti
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Proveedores: Deca, Gerdau, Perfinaço, Usiminas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Galería Yayoi Kusama albergará dos instalaciones de la artista en Inhotim: "Estoy aquí pero nada" y "Secuelas de la destrucción de la eternidad". Estas obras son conocidas por atraer a una gran cantidad de personas que, inevitablemente, forman largas filas de espera. De esta manera, el proyecto de arquitectura debe responder no solo al resguardo de las obras de arte, sino también a la creación de un espacio protegido para el tiempo de espera y para preparar al público para la experiencia única proporcionada por las instalaciones.
La solución propuesta para la cobertura de sombreado sigue un principio de utilización mínima de elementos estructurales, con una sucesión de cables de acero dispuestos en paralelo, conectando el punto más alto cercano a la cresta del talud de corte del terreno al punto más bajo, en la extremidad opuesta del platô. Estas líneas, con una curvatura sutil, reconstruyen metafóricamente el perfil original del terreno, de la forma más natural posible. El proyecto busca reconocer el terreno, que sufrió intervención previa para la creación del platô y también los taludes que lo rodean, ajustándose a la topografía dada. La cobertura tensada busca activar la espacialidad generada por el corte.
En composición con una malla metálica flexible se crea una amplia superficie de soporte para el crecimiento de una vegetación trepadora, la especie Congea tomentosa, exótica e introducida en Brasil en la década de 60 por Burle Marx. La elección de esta planta se debe a una serie de factores: su densidad, que favorece el sombreado y cierta retención de agua de lluvia; su óptima adaptación al clima brasileño, sin requerir cuidados especiales; y por sus evidentes atributos estéticos. La congeia aportará la noción de tiempo y de transformación continua al proyecto, alternando la coloración de su inflorescencia en tonos de blanco, rosa, lila y gris.
Bajo la cobertura, el espacio se abre horizontalmente hacia el jardín, por un lado, y se eleva en dirección a la galería, cuyo diseño está definido por un plano vertical de chapas de acero patinable que atraviesa toda la extensión entre los taludes laterales. De esta manera, la arquitectura no se caracteriza como un volumen suelto, sino como una intervención topográfica directamente relacionada con la configuración del terreno.
A lo largo de las filas, cuyo recorrido está definido por los diferentes materiales del piso - grava fina y baldosas de concreto - se crean pequeños espacios con bancos de madera, como una invitación a la permanencia de aquellos que visitan la galería o que simplemente disfrutan del ambiente y la vista.
Visto desde arriba, como una intervención de color en el paisaje, el proyecto conecta dos momentos de la vegetación existente: el bosque espontáneo y el jardín planificado, y parece ocultar un mundo mágico por descubrir para los visitantes del parque.