- Área: 120 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Dylan Perrenoud
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Proveedores: BUREAU, Bruno Rey, DCW EDITIONS, FLOS, USM
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La exploración de los espacios domésticos continúa, trabajando en variaciones creativas de soportes y escenarios para la vida cotidiana. Si hay algo parecido a una familia estándar, estadísticamente sería ésta: cohabitantes de un espacio determinado, no necesariamente procedentes de la misma paternidad. Tienen ritmos y vidas diferentes. Se reúnen y pasan tiempo juntos en casa, navegan entre distintos hogares.
Así, las casas están ocupadas temporal y permanentemente. Niños y adultos van y vienen. En un momento dado todos son adultos y los usos de los espacios necesitan redefinirse y reconfigurarse. Pero comenzamos la oración con "si existe". En realidad, no existe.
El reconocimiento de las simples diversidades habitacionales no parece tener cabida en las normas arquitectónicas, jurídicas y culturales. Las viviendas se siguen considerando en su inmensa mayoría como lugares estáticos para familias normalizadas que nuestra profesión gusta de clasificar en tipos. Los miles de apartamentos que se piensan y construyen bajo normas y reglamentos oficiales siguen una imagen muy determinada de la familia. ¿Esta imagen es programática?
Como todo el mundo sabe y experimenta, la vida es a veces bastante agitada e incluso imprevisible. ¿Cómo absorben los hogares y las casas estos movimientos esperados de la vida? Lo que la arquitecta Mary Otis Stevens describió como el Flujo de la Vida Humana no es más que nuestra forma natural de ser, de agruparnos y desagruparnos temporal o permanentemente.
¿Encuentra la elasticidad de los habitantes como grupo respuestas espaciales en nuestros hogares? En el caso de este apartamento, un antiguo consultorio dental, el intento es dar la bienvenida a ese "flujo" y mantenerse abierto, mantener las posibilidades de evolución espacial expuestas a lo que pueda suceder con el tiempo. La base existente ayuda. El pequeño edificio fue diseñado para un uso mixto de modestos estudios de artistas y espacios comerciales y habitables a principios de la década de 1980. El espacio está libre estructuralmente, dejando entrar la luz a través de 2 claraboyas transversales, perpendiculares a las importantes aberturas orientadas al norte.
La idea misma de apertura se traduce en una experiencia física, ya que no hay muchos muros. Los espacios, el encierro y la sensación de suaves recintos se definen mediante medios distintos a los clásicos tabiques. Informada e inspirada por el gran trabajo de Lilly, la arquitectura de las cortinas se encarga principalmente de la organización de los espacios. Las cortinas y las superficies acristaladas arreglan las posibilidades de percibir y obstaculizar, abrir, cerrar y otras situaciones intermedias. La casa completa se convierte en una especie de máquina de cambio perceptivo a medida que los textiles, los muebles y la luz se despliegan con facilidad, provocando diferentes situaciones, visuales y experienciales.
La experiencia material doméstica se envuelve principalmente en paneles de madera industrial, pisos utilizados de manera obsesiva y particiones necesarias. Los muebles, objetos, alfombras y elementos integrados se tratan como si estuvieran vivos, como un escenario de teatro dinámico sin espectadores donde todo es parte de una relación, una conversación, moviéndose y desplazándose en cualquier momento. La posibilidad del desorden está presente todo el tiempo.