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Arquitectos: ARX Portugal Arquitectos
- Área: 7844 m²
- Año: 2020
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Fotografias:Fernando Guerra | FG+SG
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Proveedores: Alucoil, OTIIMA
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Se trató de diseñar el proyecto de arquitectura de un edificio de viviendas en la esquina de la calle Castilho con la calle Padre António Vieira. Hasta entonces, había un edificio de oficinas, diseñado por el arquitecto Tomás Taveira, al que el nuevo propietario decidió darle un nuevo uso, apartamentos, de acuerdo con los altos estándares ya presentes en la zona. Entre otros edificios, el antiguo Hotel Ritz.
Se partió del deseo inicial de reciclar parte de la estructura existente de hormigón armado, adaptándola a un programa y arquitectura completamente nuevos. El deseo lógico de inclusión de balcones, así como la constatación, a través de sondeos, de que la estructura construida presentaba deficiencias y estaba lejos de cumplir los regulamentos actuales de la disciplina, determinarían la demolición de un porcentaje elevado de la estructura, que debería ser profundamente reconfigurada, reforzada, extendida.
El hecho de que la esquina esté ubicada en una zona donde hay varios edificios más altos de lo normal en la ciudad, así como la cercanía del Parque Eduardo VII con una escala más ambiciosa, justifican en gran medida la volumetría de esta torre.
Asumiendo esta singularidad en el contexto urbano, se buscó relacionar el edificio con la ciudad en un sentido más amplio, especialmente con la evocación de los vanos (presentes en la mayoría de los edificios), la materialidad (piedra blanca) y la sublimación de la luminosidad y ligereza características de Lisboa a través de las texturas y superficies, cuya expresión varía con la evolución de la luz.
La relación urbana también se traduce en la construcción de nuevas posibilidades de disfrute del extraordinario paisaje circundante que alcanza los 360 grados en los pisos superiores, ya sea a través de la creación de amplios balcones, o mediante la apertura de nuevos vanos orientados hacia el sur, en dirección al Tajo y al Castillo de San Jorge, en lo que era una pared completamente ciega.
Finalmente, se introduce un cambio crucial con el cambio de la puerta de entrada del edificio, anteriormente en la calle Padre Vieira, hacia la calle Castilho en dirección al monumental Parque Eduardo VII, de escala más coherente con el Castilho 203.
En una escala menor de definición del lenguaje, se buscó evitar la idea de ostentación o extravagancia, reflexionando esencialmente sobre nociones de nobleza y calidad del diseño en los diversos aspectos del proyecto. Nobleza que, en una primera percepción del edificio, se siente en el tratamiento de superficies, desde las opciones materiales, hasta el detalle, donde se busca explorar, no tanto una idea de ornamento, sino el potencial expresivo de la materia.
El acabado casi integral de las fachadas con mármol de Vila Viçosa, la entrada en latón oxidado, los balcones revestidos de aluminio anodizado bronce, o las amplias ventanas y balcones, son el signo exterior de esa lógica. En el interior, el primer signo se encuentra en el atrio principal, diseñado con José Pedro Croft, donde el espacio y la obra del artista se fusionan, que también incorpora el paisaje exterior en juegos de percepción que llamarán la atención de quienes crucen ese espacio.
Este aspecto se complementa con un trabajo extraordinariamente exigente en cuanto a detalles, que incluye varios accesorios originales diseñados para esta obra, como el tirador interior de la puerta principal, el grifo de la piscina del spa y, aunque su diseño no sea original para este edificio, la totalidad de los tiradores exteriores del edificio y los apartamentos.
La idea de escala noble también se explora y enfatiza en el fuerte contraste entre la rejilla pétreo que define las fachadas, de predominancia de líneas verticales, y el interior más oscuro y cálido, caracterizado por la aplicación de madera y aluminio anodizado bronce oscuro. En las líneas verticales de piedra, la introducción de acanaladuras en su superficie subraya la verticalidad, la elegancia y explora la expresión de la estructura mineral de la piedra.