- Área: 825 m²
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Fotografías:Manuel Sá, José Henrique Paiva
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Proveedores: Deca, Isomass, Knauf, Marcetex, REKA
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Alineado con el balcón público del Edificio Copan - una acera suspendida en el Centro Histórico de São Paulo -, el proyecto de la Nueva Sede de Greenpeace Brasil se presenta como una vitrina de la institución para la mayor ciudad de América Latina.
Su inserción privilegiada se une a la arquitectura para invitar a los habitantes de la metrópoli a disfrutar de un espacio universalmente accesible, con una materialidad peculiar y una relevancia cultural única. Los muebles acogedores en su sencillez permiten una amplia apropiación del balcón - la frontera de la ciudad con los espacios de uso público de la sede.
Mientras que el Warehouse alberga producciones en diversas formas de la institución - sirviendo, por ejemplo, como escenario para talleres abiertos de carteles - las salas Flexible y Multiuso protegen múltiples eventos - no solo, sino también, clases, conferencias, reuniones, encuentros sociales y ceremonias diarias. Ambas ubicadas cerca de la fachada con el fin de estrechar lazos y ampliar los intercambios de la organización con la sociedad.
El movimiento de salir de un barrio de alta clase para ocupar un espacio en el centro - en un edificio histórico y simbólico - es, por sí mismo, un acto valiente alineado con una postura sostenible en un sentido amplio. La abundancia de infraestructura urbana - tanto en términos de movilidad y sus diversas modalidades como en la provisión de servicios en sus múltiples expresiones - favorece las actividades de la entidad, mientras que esta recupera y renueva el espacio. Greenpeace en Copan se posiciona como un fuerte aliado en el proceso de reocupación consciente y democrática del centro de una de las ciudades más importantes del país.
El programa está graduado en una escala de privacidad. Partiendo de lo más público a lo menos, el Warehouse, la Sala Multiuso, la Sala Flexible y la Oficina Colectiva están dispuestos desde el balcón de Copan que, con su ancho atípico - extremadamente generoso - se configura como una continuación de la acera. Sus accesos y funciones son independientes del resto del programa, pudiendo abrirse al público siempre que sea necesario.
Los amplios ambientes, permeados por particiones móviles - como cortinas y puertas corredizas - apoyan diversas apropiaciones a partir de su fácil reconfiguración. La flexibilidad del proyecto permite la adaptación para usos aún no previstos, aumentando así la vida útil del espacio. Cabe destacar que la organización de flujos en torno a un eje infraestructural central proporciona una mayor libertad de apropiación, flexibilizando la integración entre ambientes de trabajo y reduciendo conflictos causados por actividades simultáneas divergentes.
El espacio también valora las marcas de ocupaciones pasadas - ejemplificado por el mantenimiento de rastros de la antigua escalera presente en la losa superior. Se busca armonizar la valorización histórica con las demandas contemporáneas de uso. Así, se evidencian directrices de una arquitectura conscientemente silenciosa, enfocada principalmente en intervenciones infraestructurales, con el objetivo de la robustez necesaria para una ocupación a largo plazo y ambientalmente responsable.