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Arquitectos: BBOA - Balparda Brunel Oficina de Arquitectura
- Área: 200 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Javier Agustín Rojas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Hacia la década del ´90, comienza a promoverse en Argentina una alternativa de modalidad residencial de lotes protegidos, conocidos como ’barrios privados’, con la intención de dar respuesta a problemáticas asociadas a la inseguridad. Este fenómeno proliferó como un malogrado mecanismo de crecimiento de las ciudades, acentuado por la falta de regulaciones pertinentes y generando un crítico desarrollo urbano, de nuevos sectores amurallados, delimitados formalmente en sus perímetros dentro del tejido urbano existente y dando lugar, en la mayoría de los casos, a situaciones de condición residual en los espacios lindantes con ellos.
El encargo de este Proyecto comprende el desarrollo de una vivienda unifamiliar dentro de un barrio cerrado tipo ‘country’ ubicado en la zona noroeste de la ciudad de Rosario, Argentina. Dicho barrio consiste en un loteo de 80 parcelas de 450m2 cada una. La particularidad del ejercicio radica en pensar una vivienda a ser comercializada por el desarrollador, cuyos potenciales usuarios eran desconocidos.
El inicio del proyecto fue determinado por un análisis que nos ayudara a establecer, por un lado, los posibles tipos de conformaciones familiares que podrían habitar esta vivienda y los requerimientos programáticos que pudieran solicitar, la superficie construida que garantizara el beneficio económico del desarrollo, y la relación entre espacio construido y espacio abierto que permitiera el lote.
Luego de conformar el perfil del potencial grupo familiar, se sentaron las bases para el desarrollo de una vivienda de 200m2 de superficie cubierta en dos niveles; con un preciso delineamiento de cantidad y tipo de usos y locales habitables. La determinación de esta superficie a construir significó un desafío en sí mismo, ya que el requerimiento arrojaba una huella que ocuparía gran parte de la parcela. Una vez proyectada sobre el lote a modo cuantitativo, comenzaron a evidenciarse ciertas relaciones críticas con los limites linderos, dado que las parcelas mantienen una relación muy estrecha de espacios abiertos entre líneas de edificación. Si bien existe un espacio abierto no edificable entre parcelas, que garantiza la construcción de viviendas exentas y de perímetro libre, las dimensiones de estos espacios libres no superan la condición de meros lugares de paso. El reconocimiento de esta situación, y de otras que surgen de recorrer el barrio, conducen obligadamente a cuestionarse acerca de cuan ‘privados’ son realmente los lotes y las formas de habitar en ellos.
De este modo, el Proyecto adquiere énfasis en el desarrollo de una vivienda que lograra cierta distancia de las edificaciones contiguas en aquellas caras que estarían en contacto directo con el exterior, es decir, en sus caras abiertas; y que al mismo tiempo se cerrara sobre sus caras más próximas a los límites, con la intención de generar un mayor grado de privacidad en sus espacios interiores.
Para este fin, se realizaron una serie de operaciones de substracción volumétrica que verifiquen las distancias pretendidas con los linderos, contemplando las orientaciones y visuales elegidas para cada espacio interior; y otros requerimientos tales como semicubiertos para estacionamiento y galería, contenidos bajo esquinas opuestas, y cuyos voladizos evocan el carácter de la operación.
En segunda instancia, se incorporan dos patios interiores a la planta social, siendo este el principal recurso a partir del cual se logra extender los límites del espacio interior hacia un intersticio controlado, de mayor privacidad; otorgando a su vez la percepción de mayor amplitud espacial en planta baja. Al quedar incorporados dentro de la envolvente, ambos patios se convierten en una extensión virtual del espacio interior de la vivienda, donde el limite visual se extiende más allá del vidrio, configurando un tamiz saludable para el desarrollo de la vida individual dentro del conjunto colectivo.
La propuesta no incorpora ventanas en su perímetro, salvo por una única excepción; envuelta por un muro de ladrillo portante continuo que solo se interrumpe en esquinas opuestas, tanto en planta como en alzado. El aspecto morfológico de la casa en su recorrido, es el de una casa completamente cerrada en sí misma. Sin embargo, esta percepción es radicalmente opuesta desde el interior, donde los locales adquieren una relación directa con el espacio exterior a partir de la existencia de los nuevos retiros, y fundamentalmente, a través de los patios.