-
Arquitectos: Al Borde
- Área: 340 m²
- Año: 2023
-
Fotografías:Danko Stjepanovic
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En un contexto donde todo está al alcance, donde todo puede ser adquirido desde cualquier lugar de origen, y el enfoque de desarrollo capitalista ha erosionado la identidad local hasta el punto de destruir por completo vecindarios históricos, surge una pregunta fundamental: ¿Qué significa ser local?.
La escuela Al Qasimiyah ha dejado su función como escuela primaria y se ha convertido en una de las sedes de la SAT (Sharjah Architecture Triennial). En ese cambio de vocación, la escuela pasa de ser un espacio contenido en un muro perimetral cuya misión era cuidar a los niños, a buscar convertirse en un espacio abierto que se conecte con sus alrededores y la ciudad. Esta apertura crea nuevas formas de ocupar el espacio. Los nuevos accesos peatonales Norte y Oeste convergen en una plataforma, que brinda la oportunidad de remarcar este punto de encuentro y crear un umbral de bienvenida.
Este umbral se define mediante una sombra que crea condiciones para habitar el exterior. Requiere una estructura de soporte que puede ser construida con cualquier material disponible. Pero en este contexto, donde "todo" está "disponible", este concepto se vuelve borroso. Pensar en la economía del esfuerzo nos da un camino de búsqueda de eficiencia máxima, al transformar la materia prima en elementos arquitectónicos y, de esta manera, reducir al máximo la energía utilizada en la producción, transformación y transporte de los materiales.
La Sharjah Electricity, Water and Gas Authority (SEWA) ha iniciado un proceso de reemplazo de postes de madera por unos metálicos, lo que ha dejado un centenar de postes de madera inmunizada almacenados en su depósito. Se seleccionan los mejores, se cortan las puntas dañadas y así se obtiene un paquete de troncos de distintas medidas, lo suficientemente altos para armar una estructura de la se suspende la sombra. La sombra se crea a partir de esteras de palma, un material ampliamente presente en el lugar, utilizado en diversas aplicaciones, desde los pisos de las casas hasta los cielos rasos de los souks, e incluso en cerramientos. Estas esteras pueden adquirirse fácilmente en cualquier bazar, ofreciendo una amplia variedad de tipos, tamaños, formas y texturas.
Esta aproximación al proyecto resulta en una obra cruda y táctil, elaborada con materiales naturales que nos permiten establecer un discurso íntimo y directo con el lugar, enraizándonos en él. El umbral cumplirá la función de dar la bienvenida a los visitantes y, al mismo tiempo, será una forma de experimentar y poner a prueba el uso de este nuevo espacio, atrayendo la atención de quienes residen y trabajan en el área, invitándolos a cruzar sus límites.
El proyecto perdurará mientras el espacio lo demande, ofreciendo la flexibilidad de ser montado y desmontado en otros lugares. Y cuando llegue el momento de finalizar su uso, los postes utilizados podrán retornar al depósito, esperando un nuevo propósito, mientras que las esteras, al ser tan versátiles, podrán encontrar fácilmente otro uso. Llegará el día en que estos materiales se degraden de forma natural, cerrando el ciclo de su vida de manera armoniosa con la naturaleza.