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Arquitectos: Brennan Furlong
- Área: 200 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Fionn McCann Photography
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Proveedores: Green Oak Energy, Kilsaran, Lime Render, Mannok, Timber Ireland, VindrVS, Wink Lighting, Wogan
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este casa evolucionó como respuesta al concepto de hogar, a la reflexión sobre la naturaleza intergeneracional de la existencia y las relaciones humanas, y a la huella asociada en nuestro entorno. La casa se asienta en el borde de la orilla norte de la semicircular bahía de Dublín. Un fuerte promontorio que data de alrededor del año 500 d.C. rodea el lado de tierra de una península cercana.
La poca profundidad de la bahía la hizo traicionera durante siglos, hasta que la construcción de dos muros de contención en los siglos XVIII y XIX creó un canal navegable seguro. Antes de eso, el movimiento de las mareas y las tormentas causaron más de 1.500 naufragios. Los cuerpos de los marineros no identificados que alcanzaron la orilla fueron enterrados en el cementerio situado junto a la Iglesia de los Marineros, cuyas ruinas aún se alzan sobre una colina baja que domina el mar.
En 1804 se construyeron varias torres Martello a lo largo de la costa para protegerse de una invasión napoleónica que nunca llegó a producirse. Una de estas torres, con sus muros de 2,4 metros de grosor, sigue en pie a menos de un kilómetro del proyecto residencial en cuestión. Con este telón de fondo, la casa se concibió como un refugio contra tormentas: un refugio acogedor donde nuestros clientes y sus familias puedan instalarse con comodidad y seguridad y contemplar la bahía mientras las nubes de lluvia alcanzan las cimas de las montañas situadas a 10 km al suroeste, sabiendo que en 15 minutos las primeras salpicaduras de agua de mar impulsadas por el viento golpearán las ventanas.
El proyecto estaba en sus primeras fases a principios de 2020 cuando todo cambió y llegó el COVID. Como muchos otros, el proyecto se detuvo mientras todos esperaban a ver cómo afrontaría el mundo un acontecimiento sin precedentes. La pausa permitió reflexionar y evaluar valores y prioridades. Los clientes y el equipo del proyecto experimentaron la pérdida de familiares cercanos. Durante la construcción, surgieron importantes problemas de salud que algunos superaron pero, por desgracia, no todos - su maravilloso trabajo de hormigonado es visible cada día en el producto acabado, recordándonos el valor y la importancia de la vida.
Queríamos que la casa actuara como un baluarte tranquilizador, una razón para permanecer en ella en medio del paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas. Por eso elegimos el hormigón visto como principal material estructural y organizativo, complementado con materiales más suaves -madera de accoya para la carpintería exterior y alerce carbonizado para los tragaluces- que han envejecido y cambiado con el tiempo, mostrando una vulnerabilidad, pero elegidos por su capacidad para resistir las inclemencias del tiempo. La planta es principalmente cruciforme, formada por 4 pilares y 2 vigas de hormigón. Las vigas se extienden de delante hacia atrás, enmarcando la sala de estar principal con una doble fachada, atrayendo la mirada hacia la bahía, y hacia la parte trasera, donde una de las vigas continúa hacia el jardín antes de replegarse sobre sí misma, albergando los dormitorios que dan a la relativa tranquilidad del patio trasero protegido.