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Arquitectos: Esteban Uribe Arquitecto
- Área: 240 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Antonella Torti
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Proveedores: Zinc Microacanalado

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa que toca un bosque de coihues está diseñada para introducir el paisaje y la luz del sol en su interior. Su gran protagonista es un imponente patio de invierno, captador de vistas y energía, que además cumple una función arquitectónica clave: articular la vivienda conectando interiormente el quincho, zona de distensión en el nivel inferior, con el living-comedor, espacio de encuentro familiar en el nivel superior.

Desde este patio de invierno, se accede a una terraza sobre el quincho, un espacio privilegiado para disfrutar del entorno natural. Además de su rol organizador, el patio es el encargado de generar, conservar y distribuir el calor durante los fríos inviernos insulares.


La composición vertical de la casa responde a una intención clara de mínima intervención en el terreno. En el nivel superior se ubica el programa más privado, vinculado a la vida cotidiana, mientras que en el nivel -1 se encuentra el área de invitados, con acceso directo al terreno. La vivienda se eleva sobre el suelo mediante fundaciones aisladas de madera reciclada de ciprés de las Guaitecas, rescatadas de un bosque antiguo que fue presa de un incendio forestal hace 20 años.

Su arquitectura combina la tradición local con elementos contemporáneos, simplificando los volúmenes e incorporando amplios paños vidriados que aprovechan la topografía del lugar. Asume las variables climáticas del territorio como aliadas, reconociendo en el sol una fuente de energía capaz de calefaccionar la vivienda de manera pasiva.


La casa será habitada por nuevos residentes insulares que migran desde Santiago de Chile en busca de una vida más tranquila. Desde su patio delantero se contempla el imponente canal de Dalcahue, una carretera marítima donde ballenas y embarcaciones transitan al ritmo de las mareas.
