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Arquitectos: Leggett & Cahuas, salazarsequeromedina
- Área: 48 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Ivan Salinero

Un espacio de reunión comunitaria flexible y abierto. La XIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU) se celebró en Lima, Perú, durante diciembre de 2024. Esta edición de la BIAU, titulada "CLIMAS: Acciones para el Buen Vivir", fue curada por un equipo con base en Lima-Madrid liderado por Elizabeth Añaños, María Arquero, Gary Leggett, Emilio Ontiveros, Luis Rodríguez Rivero y José Luis Villanueva.


El proyecto curatorial incluyó una diversa colección de charlas, talleres, mesas redondas, exposiciones y seminarios diseñados para enriquecer el debate público en torno a los desafíos y oportunidades que enfrentan la arquitectura y el urbanismo en el contexto de una emergencia climática en curso en el Sur Global, la cual está moldeando el discurso y generando oportunidades para el compromiso comunitario. Sobre esta premisa, esta edición destacó el trabajo de iniciativas lideradas por organizaciones comunitarias, como La Red de Ollas Comunes, al centrar eventos en torno a las actividades de este colectivo.

Sobremesas es una mesa modular, alrededor de la cual se comparte comida, y una conversación, centrando el intercambio social e intelectual en torno a la cultura gastronómica y la tradición popular de extender la reunión pasada la comida – a menudo tratando una diversidad de asuntos relevantes de manera distendida. Se produce un espacio de reunión comunitaria que es más abierto, flexible y invita a la ocupación.


Los artefactos que conforman Sobremesas han sido diseñados y producidos en Lima por salazarsequeromedina en colaboración con Leggett y Cahuas y el equipo comisarial de la XIII BIAU Climas (Elizabeth Añaños, María Arquero, Gary Leggett, Luis Rodríguez, Emilio Ontiveros, Jose Luis Villanueva). La intención del proyecto es facilitar la reunión de diversos grupos comunitarios en torno a una gran mesa. Asimismo, en el contexto de un evento efímero como es una bienal, el diseño de los artefactos pretende transformar el rol que tradicionalmente han tenido los pabellones, temporales en su uso y vida útil, por medio de una naturaleza de pequeña infraestructura comunitaria, más ambigua en su uso y con una clara vocación de ser reutilizada y adaptada después de la bienal.


Prototipo de sistema modular versátil y adaptable. Durante la Bienal, Sobremesas se instaló como un dispositivo infraestructural para apoyar eventos centrales de la XIII BIAU, como "Sobremesas: Resiliencia Comunitaria y Buen Vivir" y el "Taller de Seguridad Alimentaria". Ambos eventos pusieron de relieve el papel clave de La Red de Ollas Comunes como un agente comunitario central que crea una red de cuidado dentro de los asentamientos vulnerables en el Perú.

La re-utilización de Sobremesas después de la Bienal por parte de La Red de Ollas Comunes ha sido un factor clave en su diseño, escala y ensamblaje. Tras la Bienal, los artefactos fueron donados a dos localidades que forman parte de la red de La Red de Ollas Comunes para su uso comunitario: el Centro Cultural Comedor Comunal San Martín del Once en La Balanza, y Olla Manos Milagrosas en Manchay. Por esta razón, los artefactos fueron diseñados como un prototipo de sistema modular versátil, fabricado con madera de Tornillo de origen local, que puede ensamblarse y desmontarse fácilmente para su transporte. Esto permite una apropiación abierta, flexible y adaptable a diversos eventos y programas de La Red de Ollas Comunes, incluyendo mercados, festivales, talleres de seguridad alimentaria, hidroponía, compostaje, así como cenas al aire libre, reuniones y aulas temporales.


Cocinas y mesas comunitarias: la Red de ollas comunes. La Red de Ollas Comunes es una red de cocinas comunitarias de base que se extiende por toda Lima Metropolitana, Perú, y aborda la escasez de alimentos en comunidades vulnerables. Estas cocinas comunitarias se encuentran en distritos periféricos de la ciudad que surgieron como resultado de olas de migración desde los Andes hacia la capital en la segunda mitad del siglo XX. La ciudad no estaba preparada urbanísticamente para este crecimiento, por lo que se establecieron asentamientos informales de auto-construcción en lugares donde no se habían provisto servicios básicos como carreteras, agua y electricidad. Con el paso de las décadas, estos asentamientos se han auto-organizado en gran medida a través del activismo y esfuerzos comunitarios desde la base.



Las Ollas Comunes son un proyecto profundamente arraigado en la comunidad y han logrado un éxito y reconocimiento extraordinarios a nivel local e internacional. Muchas de estas cocinas comunitarias abordan el ciclo completo de la alimentación, desde la agricultura urbana e hidroponía, hasta la preparación de alimentos y la alimentación de sus vecinos en espacios comunitarios bien definidos, incluyendo el compostaje. Durante la pandemia, La Red de Ollas Comunes fue un recurso crítico para garantizar la seguridad alimentaria durante el confinamiento.
