El desierto es un territorio en constante transformación. Moldeado por el soplo de los vientos, sus relieves, ondulaciones y fisuras aparecen y desaparecen en la inmensidad árida, como si el paisaje fuera una pantalla en movimiento. Un lugar de contrastes profundos, donde el calor implacable del día se disuelve en la frescura de la noche, revelando la naturaleza en su esencia más primitiva. Ante esta geografía mutable e indomable, ¿cómo concebir una arquitectura que no solo se integre, sino que también respete y dialogue con un ambiente remoto y en continua metamorfosis? Este es el desafío que enfrentan los proyectos hoteleros ubicados en el paisaje desértico de América Latina.
Definidos como extensas regiones con precipitación extremadamente reducida, los desiertos son ambientes áridos y, muchas veces, inhóspitos. Aunque se asocian comúnmente con los continentes africano y asiático, están presentes en todas partes del mundo, y cada uno cuenta con sus propias particularidades. En América Latina, destacan, entre otros, el Desierto de Atacama y el Desierto de Sonora. El Atacama, con más de 100,000 km2, se extiende por Chile y partes de Argentina, Bolivia y Perú, siendo reconocido como el más seco del mundo. Por otro lado, el Desierto de Sonora, con cerca de 222,000 km2, abarca parte de Estados Unidos, pero también el noroeste de México, caracterizándose por sus paisajes rocosos y la presencia destacada de imponentes cactus gigantes.
A pesar de sus particularidades, los desiertos alrededor del mundo son escenarios de ricas historias de resiliencia y adaptación, moldeando la vida de los pueblos que se aventuran por su vastedad. La ocupación de territorios inhóspitos, con el desarrollo de arquitecturas adaptativas, es, por tanto, un rasgo común entre estas civilizaciones. Los atacameños, indígenas asociados al Desierto de Atacama, por ejemplo, construyen sus viviendas con adobe, material que mantiene la temperatura interna estable en medio de las variaciones extremas del clima. Ya los tuaregs, nómadas del Sahara, utilizan tiendas de piel y telas, que proporcionan sombra y protección contra el calor abrasador. En todas estas culturas, la arquitectura surge como una respuesta directa a las adversidades del desierto, empleando materiales locales y soluciones ingeniosas para garantizar confort y seguridad.
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Pasados cientos de años, la apropiación de los espacios desérticos aún motiva exploraciones y creaciones. No es de extrañar que el turismo en estas regiones esté creciendo exponencialmente, cautivando a visitantes que desean sumergirse en el vacío del desierto. En este contexto, destacan las regiones de los Emiratos Árabes y el turismo de lujo materializado en estructuras que remiten a los tradicionales campamentos nómades del desierto, aprovechando su inserción delicada en el paisaje, pero agregando interiores lujosos y tecnologías de construcción avanzadas. Sin embargo, paralelamente al escenario asiático, los complejos hoteleros de los desiertos latinoamericanos no se definen por enfoques audaces centrados en el lujo, sino por diseños minimalistas y discretos. En ellos es posible percibir una preocupación por la inserción mimetizada en el paisaje, utilizando no solo tonos terrosos y cálidos, sino, muchas veces, materiales que se mezclan con el entorno, como el adobe. Trabajando con escalas y proporciones, estos espacios permiten una relación más íntima con la naturaleza desértica, buscando domesticar una pequeña porción de su inmensidad.
Continúa leyendo para conocer cinco proyectos de hoteles y posadas insertos en los desiertos de los países latinoamericanos.
Hotel Paradero / Yashar Yektajo + Rubén Valdez
Todos Santos, México
El Hotel Paradero buscó capturar la esencia dinámica del desierto, traduciendo su movimiento natural en una arquitectura fluida y envolvente. Sin líneas rígidas o grandes arquitecturas, sus formas parecen esculpidas por el propio viento, creando una armonía visual con el paisaje. Los volúmenes orgánicos se integran a los caminos sinuosos que recorren la propiedad, enmarcados por la vegetación nativa y la suavidad de la arena del desierto.
Hotel Explora en Atacama / Germán del Sol
El Hotel Explora se organiza alrededor de una plaza elevada, garantizando privacidad y vistas privilegiadas. Los espacios comunes, situados a cuatro metros de altura, permiten que el horizonte del Atacama se revele en toda su grandeza. El proyecto preserva el espíritu de la arquitectura local, valorando muros macizos, cubiertas ligeras, pequeñas aperturas y sombras luminosas, capturando la esencia de una cultura que hace mucho con poco.
Hotel Hornitos / Gonzalo Mardones Viviani
Antofagasta, Chile
El principal objetivo del Hotel Hornitos fue intervenir siendo lo menos invasivo posible. Por eso, se optó por un diseño arquitectónico semi enterrado y sobre todo horizontal, con un mayor volumen conteniendo el hotel y otros menores esparcidos sobre el terreno (cabañas), con el fin de cubrir el área inmediata y fundirse con la vastedad del desierto. Todos los volúmenes fueron hechos en concreto armado y aparente, pigmentado con los colores del desierto, mimetizándose.
Hotel Tierra Atacama / Matias Gonzalez + Rodrigo Searle
El Hotel Tierra Atacama fue construido con un sistema ligero, minimizando el uso de materiales como agregados, cemento y agua, e integrando muros de piedra y adobe para enfrentar los desafíos de la construcción en un área remota. Su arquitectura captura la vastedad del paisaje en encuadres sutiles, con caminos que conducen a patios abiertos y cerrados, explorando la relación entre escala y tiempo en la inmensidad del desierto.
Bed & Breakfast Santulan / Santos Bolívar
Valle de Guadalupe, México
Conformado por diferentes volúmenes interconectados a través de pasarelas que interactúan directamente con la naturaleza, el Santulan es una invitación a vivir diferentes experiencias espirituales y arquitectónicas. El proyecto fue construido utilizando técnicas ecológicas que incluyen paredes de BTC (bloques de tierra compactada), un sistema de reutilización de aguas grises y techos verdes con plantas endémicas de bajo mantenimiento.
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