Descripción enviada por el equipo del proyecto. El complejo hotelero tiene el carácter de una nueva implantación, organizando los volúmenes en torno a una plaza ordenada a partir de los almendrales existentes colocados en una trama de 5x5 metros. El dispositivo arquitectónico propuesto se curva en función a la forma almendral existente construyendo “cuadros” y pasillos hacia el paisaje perimetral. La plaza central evita el frío en invierno provocado por el viento que se da en la llanura y a su vez funciona como espacio fresco en verano, ya que no se alteran las condiciones existentes de la parcela de regadío original, y las piezas son próximas entre si produciendo las sombras necesarias en esta latitud.
La arquitectura se levanta del suelo a modo de flor mediante losas aligeradas que evitan la capilaridad de los muros perimetrales. A su vez el diseño de la plaza central está orientado de forma que se produzcan filtraciones, es decir las losas propuestas están “rotas” de forma que exista una permeabilidad entre el terreno natural y la superficie superior, minimizando el calentamiento y no alterando el proceso natural que ha de seguir el agua.
Toda la propuesta tiene una raíz mediterránea en su diseño arquitectónico que supone una lectura contemporánea de la cultura vernácula en la que se integra el sentido común y la economía de medios. El blanco y las “pequeñas curvas” definen la propuesta a nivel plástico.