- Año: 2012
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Costa Grande es un lugar con tres casas y una ruina; no es ni siquiera una aldea.
Se accede a través de un bosque de robles de orilla empinada sobre al río Ovil, acostado muy por debajo. En una primera visita surge la duda: "¿qué voy a hacer con estos dos ruinas y el granero en ruinas?"
La pasión evidente que los clientes tenían para el lugar y para el proyecto, me obligó a tener otra mirada, para ver mejor. Curiosamente, a pesar de que habían dos ruinas, era una sola propiedad y la necesidad de unificarlas era evidente. Tomando una visión optimista, la ruina hacia el este parecía estar en mejor condición.
Este hacia el oeste se puso de pie como un pequeño acrópolis. En otros tiempos habría tenido una variedad de funciones. Ahora se encuentra sólo como una muestra de la belleza. Debe permanecer que, un espacio interno sea abierto y por lo tanto, externo. A los clientes les gustó la idea. Y a mi me gustaba.
El brief era simple. La dificultad radica en la resolución de la conexión de dos volúmenes en los diferentes niveles. La casa debe ser de madera y debe permitir el disfrute del paisaje: éstos eran los únicos principios.
La ruina de la acrópolis no sólo será un patio o solarium, sino también la entrada formal. En la planta baja estará el living con una pequeña cocina y un baño. Al norte, un mirador permitirá sentarse a la sombra.
La planta superior se tomará como una sala de lectura y permitirá la circulación a través del dormitorio y baño. Esta planta también se encuentra en el nivel del suelo. La terraza se conecta pero también separa los dos volúmenes, permitiendo el acceso a los terrenos por encima de ella.
En la zona donde solía ser el cobertizo para los animales, habrá un pequeño repuesto de dormitorio o dormitorio de invitados. El magnífico trabajo de piedra de la ruina, al este, se restaurará. Sobre esto, la estructura de madera, con su revestimiento de madera se extenderá hacia el volumen que penetra en la ruina de la acrópolis.
El nuevo volumen tiene una base de hormigón a la vista, que es rústico, rugoso como el lugar y elegante en su carácter rural. Las paredes del acropolis, con su extraño detallado posee una cualidad singular, que nos tiene adivinando de sus diversas encarnaciones pasadas. Las persianas de madera se aplicarán a las aberturas. La casa, casi toda estará en madera, con sus marcos de estructura, revestimiento y ventanas también de madera, sentado en hormigón y piedra. Los techos y tapajuntas serán de chapa de cobre.
Los espacios exteriores se mejorarán con el tiempo. Un huerto ya ha sido plantado. Un jardín de hierbas seguirá. El matorral en la ladera se limpiará y se le dará prioridad al acceso peatonal. Lugares como este deben ser recuperados del abandono y revividos como un espectáculo agradable. El granero que marca la entrada, sin otra función que la de ser eso mismo, mantiene su propia forma.